La BUKO Pharma-Kampagne desde 1981 se pone en contra de las prácticas de ventas sucias
y sin ética de las firmas alemanas en el Tercer Mundo. Esta organización destapa casos en los
cuales medicamentos alemanes son vendidos en el Tercer Mundo, a pesar de que en Alemania
no se encuentran mas a la venta o tienen un uso extremadamente delimitado (muchos de los
efectos colaterales de los mismos no se mencionan o se captan clientes en forma enganosa).
Esta campana informa al público y ejercita presión a la industria farmaceútica. La campana
lucha para que se utilicen los medicamentos que realmente son necesarios y también para un
uso racional de los mismos. También se esfuerza en lograr un cambio de conciencia en los
consumidores en Alemania, ya que también en nuestro pais es necesrio un uso sensato y
crítico en lo que se refiere al trato con medicamentos.
La Pharma-Kampagne es parte de la “Coordinación Internacionalista Federal” (BUKO) y
miembro de Acción International para la Salud (AIS) e International Society of Drug Bulletins
(ISDB).
Muchas de las prácticas comerciales de firmas alemanas dañan innecesariamente la vida y la
salud de las personas en el Tercer Mundo. Este rubro pone a disposición en los mercados del
sur algunos medicamentos que en las farmacias alemanas desde hace muchísimo tiempo han
sido retirados de la venta.
Tampoco toma muy en serio las informaciones sobre los
medicamentos. En los compendios de medicamentos y textos de consulta para médicos los
productores no hacen las observaciones adecuadas sobre las sustancias, riesgos o dosificación
de los preparados. A esto último hay que agregarle una práctica publicitaria irresponsable que
impiden una utilización adecuada de los medicamentos.
Particularmente grave y con consecuencias
nefastas es la publicidad con antibióticos.
Se
recetan más antibióticos que los necesarios, que no
es solamente desde el punto de vista económico
una catástrofe, sino que también desde el punto de
vista del amenazante desarrollo de resistencias.
Según la OMS se trata a más del 70 % de los
pacientes en Indonesia, Pakistán e India con
antibióticos, aunque en la mayoría de los casos no
sería necesario.
En el último tiempo la firma BAYER está
haciemdo publicidad en Africa para el
medicamento Avelox con un slogan
extremadamente dudoso: “no desperdicie tiempo
si tiene que tratar infecciones de las vías
respiratorias. Avelox destruye el agente patógeno
de las infecciones de las vías respiratorias sin
pérdida de tiempo. Avelox produce un efecto
rápido cuando cuenta cada día”.
La sustancia Moxifloxacin se debe recetar como
antibiótico de reserva, pero no para infecciones de
las vías respiratorias. Para este caso es conveniente
recetar un antibiótico standard.
Con estas estrategias publicitarias irresponsables la
firma BAYER no solamente eleva los costos del
tratamiento, sino que también en forma masiva se
receten medicamentos sin ser necesarios y que pierdan el valor como medicamentos de reserva,
como es el caso de fluoroquinolinas (como Moxifloxacin), ya que de esta manera se forman
resistencias contra el antibiótico.
Particularmente escandaloso, desde hace años es la publicidad para el usuario de preparados
que contienen metamizol, sobre todo en los países latinoamericanos.
La firma Boehringer
Ingelheim comercializa por ejemplo en Brasil el medicamento Anador tanto para adultos como
para niños.
Metamizol está prohibido en muchos países
industrializados. En Alemania es un
medicamento dispensado con receta obligatoria
y está solamente permitido en casos de dolores
y fiebre. En otros casos no se puede recetar.
En la comercialización global de medicamentos
no es raro encontrar a menudo un doble
standard: Buscopan compositum de la firma
Boehringer Ingelheim, por ejemplo, en Brasil,
México, Pakistán, Sudáfrica y Centroamérica
utilizan a la sustancia Metamizol. Pero en
Alemania están prohibidas desde 1986
combinaciones con Metazimol.
Por esta razón
se ha sustituído en Alemania esta sustancia tan
peligrosa, por ejemplo en el medicamento
Buscopan compositum, por Paracetamol. En
Brasil es la variante con esta sustancia tan
peligrosa, el quinto medicamento más vendido........
Simbiosis II Acuarela. 0,56 X 0,76 m. Joan Lluís Montané
La energía del Sistema cuerpo-mente
Gran parte de los problemas físicos, psicológicos y emocionales que padecemos provienen de bloqueos y perturbaciones energéticas de nuestros órganos, internos glándulas, articulaciones, músculos, y muchas veces, son el resultado directo de la manera en que percibimos nuestra vida y las experiencias que atravesamos. Esas imágenes que tenemos de nosostros mismos y esos sistemas de creencias que establecemos controlan nuestra vida.
La memoria en las células recoge su experiencia personal de vida y presenta diferentes maneras de hacer conscientes las capas más profundas y menos registradas de experiencias del pasado que dejaron marcas en nuestros cuerpos fisico, mental y emocional.
Abrirnos a esta información y liberar nuestra memoria celular nos ofrece la posibilidad de transformar ese desafio en un don y vivir más plenamente.
En la memoria de nuestras células esta escrito el programa completo de tu existencia. Ella refleja la expresión de ti como un ser holístico. Es importante que no nos dejemos confundir por los viejos conceptos de "mente", "cuerpo" y "espíritu". Ellos son simplemente rótulos que han sido creados por la mente humana para tratar de definir los diferentes niveles de experiencia. Pero la experiencia humana es multidimensional. Esa separación por nombres es virtual. No es real. Cada punto dentro de la memoria celular, contiene la información completa del todo holístico.
Esta información es infinitamente accesible a todas y cada una de las células del cuerpo. Si reducimos una célula hasta el nivel del átomo, veríamos que está conformada por haces sutiles de lo que se ha llamado "info-energía." Esta info-energía incluye la información física, mental, emocional y espiritual que proviene de toda la experiencia de vida, herencia genética y generaciones pasadas.
Nada de lo que experimentamos, escapa de quedar impreso y grabado dentro del holograma celular, en la forma de memoria. Lo que comúnmente llamamos "memoria celular" es el campo energético celular colectivo, generado por estas memorias celulares individuales.
La información guardada en la memoria celular nos condiciona de tal manera, que nos predispone a percibir y comportarnos de una cierta, determinada manera. Para usar la analogía de una computadora, el ser holístico sería el disco duro. La memoria celular es la base de datos de ese disco. Los archivos dentro de la base de datos, son las memorias celulares.
Todas las cosas que alguna vez nos han pasado, están grabadas en las células de nuestro cuerpo, en forma similar a los archivos que han sido guardados en una computadora. De esta manera, lo que esta guardado allí, influencia nuestras relaciones con cada una y todas las cosas, que nos estén sucediendo. Esto afecta la forma en que nosotros realizamos nuestras tareas rutinarias y el modo en que reaccionamos al stress y de como manejamos los desafíos emocionales en nuestras vidas.
Dentro de la memoria celular, están almacenadas todas las improntas conscientes e inconscientes de comportamientos improductivos, que no nos permiten sentirnos felices, saludables, alcanzar nuestros objetivos despertando a nuestro potencial. De esta manera, nuestros cuerpos han sido diseñados para auto curarse. Pero si nuestros cuerpos han sido creados para mantener la salud, armonía y conexión entre sus partes; cual es la razón por la que las enfermedades se vuelven crónicas?
Si nuestros cuerpos están diseñados para mantener la vitalidad y la salud, por qué ello no sucede naturalmente? La respuesta más simple en nuestra experiencia de estos últimos veinte años, es que nuestros cuerpos por naturaleza son hechos de CEP (Carga Emocional Positiva). La CEP es la energía vital que esta fluyendo constantemente e influenciando en forma saludable el estado de nuestra mente y de nuestro cuerpo. Todas las funciones físicas, mentales y emocionales requieren de esta fuerza para su acción.
La CEP viene con el derecho de nacimiento de todo ser humano. Estas cargas pueden ser descriptas como un campo energético que está fluyendo libremente, expandiendo paz, confianza, amor y libertad en nosotros. CEP es lo que abunda en los bebes y niños pequeños. También lo encontramos en la naturaleza y en los animales. La naturaleza de la CEP es la de fluir y moverse. A este campo energético le llamamos el "Cuerpo de luz".
Por el contrario, CEN (Carga Emocional Negativa), es el nombre que le damos a la misma energía cundo se halla estancada. Hoy día, es una parte muy importante de la condición humana. Puede ser descripta como el campo energético contraído y restringido de nuestra energía vital, y es creado por experiencias dolorosas o traumáticas vividas en el pasado que no han sido procesadas o digeridas.
Esto determina decisiones y creencias negativas acerca de nosotros mismos y otras personas, ansiedad, temor y cualquier emoción derivada de temores tales como culpa, vergüenza, incomodidad, resentimiento, ira, etc. La acumulación en el sistema cuerpo-mente de CEN crea una resonancia energética que denominamos "Cuerpo del dolor."
Cuando la CEN es altamente desproporcionada con respecto a la CEP, se llega a una disfunción masiva en el sistema humano cuerpo – mente.
Candace Pert, Jefa del Área de Bioquímica Cerebral de la Clínica de Neurociencia del National Institute of Mental Health en los Estados Unidos, estudia como la Neuro-química influencia la salud humana. Ella expresó recientemente, que "reprimir las emociones negativas pueden ser causales de enfermedades. El no expresarlas apropiadamente, nos provoca 'cocernos en nuestra propia salsa."
Día tras día, esta inmersión crónica en la negatividad, produce influencias dañosas para nuestra salud. La clave según Pert, está en unas moléculas complejas llamadas 'neuropéptidos'. El cerebro contiene cerca de 60 diferentes neuropéptidos, incluyendo endorfinas. Estos neuropéptidos son los condicionantes por los cuales, todas las células en tu cuerpo se comunican unas con otras.
Esto incluye mensajes cerebro a cerebro, cerebro a cuerpo, cuerpo a cuerpo y cuerpo a cerebro. Las células individuales incluyendo las células cerebrales, células inmunitarias y otras células del cuerpo, tienen receptores que reciben neuropéptidos. Las diferentes clases de neuropéptidos disponibles para las células, están cambiando constantemente, reflejando variaciones en tus emociones durante el día.
La clase y número de emociones, conectadas con los neuropéptidos disponibles en los receptores de las células, influencian tus probabilidades de sentirte bien o sentirte enfermo.
Los virus usan estos mismos receptores para entrar a las células, y dependiendo de cuanto péptido natural haya para ese receptor, al virus le resultará más o menos difícil entrar en la célula. Para decirlo simple, Candace dijo, "Los químicos que circulan en nuestro cuerpo y cerebro son los mismos químicos que están involucrados en las emociones. Y esto me dice que . . . es mejor que le prestemos más atención a las emociones con respecto a la salud.
Bajo la influencia de cantidades masivas de contracciones, nuestras células comienzan a funcionar ineficientemente." La carga emocional resultante de la acumulación de CEN, impide que los receptores de tus células reciban el mensaje de mantener las funciones básicas. Ellas no pueden realizar en adelante, tareas rutinarias de la producción de proteínas, que es una tarea básica para mantener al cuerpo en un perfecto estado de salud. No es que las células crean la enfermedad y los desequilibrios, es la ausencia de equilibrio, lo que lo crea.
Aún con una dieta "estricta", "correcta", o "ideal", los nutrientes no pueden ser asimilados eficientemente dentro del cuerpo. Este es un hecho interesante, ya que se ha puesto mucho énfasis en la importancia de la dieta y el ejercicio, para eliminar y prevenir la toxicidad dentro del cuerpo.
En muchas prácticas alternativas, hubo siempre credibilidad y aceptación de que hay un nexo común entre la emoción reprimida y el lugar del cuerpo donde se manifiesta la enfermedad o desequilibrio. De acuerdo a la Medicina Oriental, cada órgano o glándula tiene una o más emociones que la influencian.
Frecuentemente, el trauma emocional comienza a manifestar su desequilibrio en el órgano o glándula correspondiente. Con toda esta sabiduría antigua e investigación científica moderna como evidencia de respaldo, no podemos ignorar por más tiempo el hecho de que la toxicidad emocional juega un rol igual o quizás más dominante en conseguir una óptima salud.
El Proceso CMR para la transformación de la memoria celular, es un método creado para encontrar y transformar la toxicidad emocional del 'cuerpo del dolor', permitiendo que todas las partes – espiritual, emocional y físicas, se comuniquen y recuperen el estado natural de equilibrio.
Por Luis Ángel Díaz Desde hace más de una década, Luis Angel Díaz -terapeuta argentino radicado en California, EE. UU.- desarolla métodos efectivos para acceder a la información mente-cuerpo a través de CMR, Cellular Memory Release, una metodologia que integra elementos de medicina oriental, fisica cuántica, Programación Neurolinguistica (PNL), hipnoterapia, psicología energética, Touch for Health, kinesiologia especializada y otras disciplinas.
ESTE LIBRO trata sobre los agentes químicos, fármacos, medicamentos o drogas que tienen efectos en el cerebro, es decir, en el sistema nervioso central (SNC). Y al referirnos a ellos emplearemos estos términos indistintamente.
Existen sustancias naturales, como el café o el chocolate hasta la morfina o el peyote, y sintéticas (fabricadas por el hombre) que, a causa de sus propiedades fisicoquímicas, interactúan con porciones del cerebro que las reconocen como propias. Pero ¿cómo es esto posible?, ¿cómo ocurre este reconocimiento? ¿Quiere esto decir que el cerebro normalmente contiene drogas?
En efecto. El cerebro está lleno de drogas. Y gracias a ellas el cerebro es la maravilla que todos conocemos pero que poco entendemos. Estas "drogas" hacen que el cerebro funcione; producen estimulación e inhibición nerviosas, dos de los elementos fundamentales de la comunicación celular. Con estas sustancias percibimos nuestro ambiente, queremos y odiamos, aprendemos y olvidamos, hablamos y nos movemos. Son sustancias que pueden convertirse en la solución a un problema grave, o en la llave de entrada a los infiernos. Nuestras realidades están hechas de ellas..., lo mismo que nuestros sueños. No podemos separar el sueño y la vigilia porque ambos constituyen estados propios del cerebro y son producto de la interacción entre las sustancias que allí se encuentran. Es necesario pensar en nuestras facultades mentales en esos términos para entender mejor nuestro cerebro, sin olvidar, por supuesto, el medio que lo rodea.
Reconocer lo anterior representa miles de años de avance biológico: el órgano más evolucionado del universo encierra las mismas moléculas que se encuentran en plantas y organismos inferiores y esto apunta hacia un origen común de todas ellas: las fuentes de la vida.
Es decir, al estudiar el cerebro se pueden conocer también las sustancias que contiene y entender el porqué de los efectos de las drogas capaces de afectarlo. Y cuanto mejor se conozca el cerebro, mejor combatiremos sus enfermedades.
No todo es color de rosa. El cerebro es un órgano delicado que dirige nuestros actos, nuestra voluntad y nuestros sentimientos. Esto significa que las drogas capaces de alterarlo actúan en lo más esencial de nuestra humanidad. Si pensamos en el amigo que cambia radicalmente de personalidad después de haber ingerido elevadas dosis de alcohol, o en el joven que inhala solventes aun sabiendo del daño que esto acarrea, nos daremos cuenta de que las drogas representan un cuchillo de dos filos.
Deseamos reiterar la aclaración ya hecha: cuando hablamos de drogas nos referimos a lo que en general se conoce como fármacos definidos como todas aquellas sustancias capaces de modificar la sustancia viva. Y en este sentido, se consideran fármacos tanto el perfume (o si no ¿cómo nos podría gustar o disgustar?) como la cocaína, pasando por la aspirina o el té de tila. Así es. No hay que asustarse. Se trata, en efecto, de todas las sustancias que nos hacen "sentir algo": las "naturales" que conseguimos con el yerbero del mercado, y las ampolletas de tranquilizantes que adquirimos en la farmacia. No pensemos, al leer esta obra, que cuando hablamos de "drogas" sólo nos referimos a las sustancias prohibidas o dañinas. En este contexto, por lo tanto, será equivalente hablar de fármaco o de droga, esta última tal y como se utiliza en francés o inglés (v. gr., en inglés drugestore —literalmente 'tienda de drogas'— = farmacia). Es quizás la acepción científica más amplia de dicho término.
Para entender cómo funcionan los fármacos es necesario conocer su estructura química, el proceso de su preparación, los factores que determinan su potencia o la vía por la que se administran, los mecanismos de sus efectos y cómo interactúan con el tejido nervioso.
Los objetivos de esta búsqueda son múltiples: combatir las enfermedades que afectan el sistema nervioso (y cuyas desastrosas consecuencias para el paciente y su ambiente conocemos) y, en general, mejorar la calidad de vida del ser humano y los animales.
Este conocimiento no es sencillo. Algunos aspectos serán más áridos que otros, pero el marco general no cambia, puesto que abordaremos una materia muy compleja: nuestro cuerpo y nuestra mente, nuestros dolores y nuestras pasiones. Mantengamos presente esta idea para hacer una travesía placentera. Es el mejor modo de aprender.
Como siempre es tranquilizante saber lo que nos espera, me permito resumirles los temas de los que hablaremos:
La Primera Parte expone conceptos básicos acerca de la anatomía y el funcionamiento nervioso, el comportamiento y los neurotransmisores (moléculas que produce el cerebro y hacen posible la comunicación entre las neuronas) y de sus receptores (las partes de la célula que reconocen al neurotransmisor y a las drogas).
La Segunda Parte trata sobre los fármacos propiamente dichos. Hablaremos un poco de su historia, que representa los orígenes de una cultura, de cómo se administran, absorben y metabolizan y las formas de eliminación del organismo. Después nos referiremos a los mecanismos generales de acción farmacológica, o sea, cómo actúan las drogas.
En la Tercera y Cuarta Partes se revisan, específicamente, las familias de sustancias que tienen efectos sobre el tejido nervioso.
Y, finalmente, la Quinta Parte incursiona en el terreno del uso y abuso de drogas, y los factores que influyen en la vulnerabilidad del ser humano para desarrollar farmacodependencias.
En resumen, esta obra trata sobre la neuropsicofarmacología, rama de la medicina que estudia los efectos de los fármacos en el cerebro y la mente. No pretendemos que este libro solamente lo lean estudiantes de medicina o psicología. Creemos que con un poco de esfuerzo, casi cualquier persona puede tener acceso a la mayor parte de esta obra. No es necesario saber para querer aprender. Basta estar interesado, tener curiosidad y perseverar un poco.
En 1880, el extraordinario cirujano alemán Themistocles Gluck sintió un momento de euforia. Uno de sus pacientes estaba parado en sus pies y caminando - sin cojear o sentir dolor. El visionario cirujano salvó la pierna de su paciente de ser amputada a través de un nuevo procedimiento quirúrgico. El Dr. Gluck logró reemplazar la articulación coxofemoral del paciente -destruida completamente por tuberculosis- con una articulación nueva, hecha completamente de marfil. Una nueva era nació en ese momento, en la cual, la amputación ya no era el mejor tratamiento para pacientes con daños severos en los huesos.
Durante el siglo XX aparecieron los materiales funcionales; es decir, aquellos que cumplen con una función específica en los sistemas modernos eléctricos, electrónicos, ópticos, mecánicos, sensores y también en el cuerpo humano. Los biomateriales son, por excelencia, materiales funcionales.
La principal aplicación de los biomateriales, incluyendo las aleaciones metálicas, es reparar o reconstruir las partes del cuerpo humano que han sufrido daño o o se han perdido, con lo queo se busca relevar el sufrimiento y prolongar la vida. La intervención al cuerpo humano, conocida como cirugía, se ha practicado desde la antigüedad en civilizaciones de América, India, Medio Oriente, Grecia y Roma; quienes la llevaban a cabo combinaban magia, religión y medicina. De hecho, los arqueólogos encuentran a menudo evidencias de craneotomías, amputaciones, tratamientos de fracturas de huesos, operaciones cesáreas, etcétera.
Por supuesto, hay varios elementos que intervienen en la elevación de la calidad de los servicios de rehabilitación, uno de ellos es la anestesia; antes de su existencia, los pacientes eran sedados con opio, alcohol y otras drogas que generalmente tenían repercusiones –al menos temporales– en los pacientes. Otro ejemplo podría ser la aplicación de algún material estructural en el instrumental utilizado en la operación; así la amputación de una pierna se podía llevar a cabo en corto tiempo cuando empezó a utilizarse la sierra de acero. La cirugía moderna –basada en la ciencia médica y la tecnología– se ha diversificado en numerosas especialidades y recurre a sofisticados instrumentos quirúrgicos que pueden ser operados de manera manual o mediante sistemas computarizados.
Nuevos enfoques y aplicaciones
La ingeniería biomédica, como integración de la medicina y la ingeniería de materiales, ha avanzado con pasos gigantescos en las últimas décadas. Los biomateriales cumplen funciones básicas en el cuerpo humano, asegurando la calidad de vida de las personas enfermas o de quienes han sufrido accidentes traumáticos, proveyéndolas de implantes ortopédicos, reguladores de sistemas cardiovasculares y biosensores, por mencionar algunos ejemplos. Según su composición química, los biomateriales se clasifican en metálicos, plásticos (o poliméricos), cerámicos y compuestos; de acuerdo con su origen, en naturales y sintéticos y por su estructura, en sólidos y porosos, pero existe otra clasificación práctica que comprende dispositivos implantables: ortopédicos y vasculares (como los tubos de dacrón utilizados como sustitutos de venas), marcapasos, anticonceptivos, dentaduras fijas y removibles.
Los dispositivos no implantables incluyen sondas, catéteres y globos angioplásticos que permiten realizar operaciones de dilatación de venas o arterias obstruidas.
El conocimiento –y la aplicación– de los biomateriales involucra un amplio espectro de disciplinas: medicina, biología, química, física, mecánica, metalurgia, ingeniería, informática y computación; así como numerosas áreas de actividad, algunas bien establecidas y otras nuevas o innovativas, las cuales se desarrollan en instituciones de estudio e investigación, hospitales y escuelas de medicina, a saber:
• Implantes ortopédicos biocompatibles, por ejemplo para reparación de huesos, tendones, cartílagos y articulaciones.
• Rehabilitación de tejidos y órganos, disciplina también conocida como ingeniería de tejidos blandos, que ya ha producido piel artificial para injertos en casos de quemaduras graves.
• Materiales dentales para implantes, prótesis fijas o removibles y puentes fijos para mantener la función, salud y estética bucal y dental.
• Sistemas de dosificación de medicamentos y antibióticos por cápsulas injertadas debajo de la piel, controladas por biosensores, operados en casos de infección.
• Bioelectrónica molecular, con base en polímeros conductores de corriente eléctrica y modelos moleculares computarizados, usando biomoléculas para construir nuevos biomateriales. • Dispositivos y métodos anticonceptivos manufacturados con materiales metálicos o plásticos, o implementados por sistemas químicos o biológicos hormonales.
• La nanotecnología facilita la creación de nanorrobots, tan minúsculos que se introducen en las arterias, y pueden detectar y destruir depósitos de grasa; de este modo mejoran tanto la circulación de la sangre como el abastecimiento de oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo. Las nanopartículas se utilizan en biomedicina y biotecnología para la producción de enzimas y moléculas bioactivas y en la separación de tejidos blandos.
• Circuitos integrados nano, que se utilizan como partes integrales de los implantes cerebrales, sirven para investigar y tratar enfermedades y trastornos de las redes neuronales, bajo el control de computadoras superpoderosas.
La principal aplicación de los biomateriales es reparar o reconstruir las partes del cuerpo dañadas o perdidas, procurando mitigar el sufrimiento, restituir las funciones y prolongar la vida
Biomateriales en medicina
Los dispositivos biomédicos adaptados al cuerpo humano se fabrican con los cuatro materiales de ingeniería convencionales: metálicos, plásticos, cerámicos y compuestos; según el uso, ubicación, función; órgano o tejido duro o blando a reemplazar o reparar.
Los metales se utilizan básicamente en implantes y fijaciones ortopédicas; los plásticos flexibles para corregir tejidos blandos, cartílagos, venas y arterias; los plásticos rígidos para reemplazar la cabeza del fémur que gira dentro de la concavidad de la pelvis; asimismo, los materiales cerámicos se emplean en el reemplazo de huesos y como recubrimientos sobre metales. También se aplican materiales avanzados como las aleaciones con memoria de forma, las cuales pueden cambiar por efecto de la temperatura dentro del cuerpo humano, amoldándose a las cavidades en las que han sido insertadas.
Los materiales porosos, por su parte, permiten el crecimiento del hueso dentro de los poros y su posterior unión con las fibras de los tejidos adyacentes. Las espirales elásticas de acero inoxidable introducidas en venas o arterias cubren el objetivo de evitar que éstas se colapsen.
La composición química de los metales y aleaciones afecta en forma significativa el comportamiento de corrosión en el cuerpo humano; un ejemplo puede ser el caso del contenido de carbono y nitrógeno, así como su microestructura, el tamaño de grano, la presencia de inclusiones no metálicas y la rugosidad de la superficie, factores que se rigen por normas nacionales y en particular por el estándar ISO5832.
Los biomateriales deben cumplir con tres exigencias elementales: ser biocompatibles, resistir a la corrosión de los fluidos corporales y cumplir la función biológica o mecánica planeada.
En la tabla anexa se presentan ejemplos de los cuatro tipos de biomateriales, sus propiedades y sus variadas aplicaciones primordiales.
La carrera por encontrar un sustituto a la sangre está en una fase de altas expectativas
Desde hace muchos años, lograr sangre artificial es uno de los objetivos de la medicina moderna. Las necesidades de sangre son cada día mayores y los recursos siempre limitados. Esto sin tomar en consideración los efectos secundarios que puede originar una transfusión sanguínea, a pesar de que los bancos de sangre nunca han podido trabajar con tanta seguridad como ahora. Si la búsqueda es importante para la sociedad en general, también lo es —y por razones bien distintas— para el ejército norteamericano, que cada año, desde hace décadas, está financiando estudios de investigación para que un día sea realidad el poder fabricar sustitutos de la sangre: la llamada sangre artificial.
Recientemente, acaban de hacerse públicos a través de los medios de comunicación los resultados de un sustituto de la sangre. Se ha ensayado, aparentemente con éxito, en 20 hospitales de Estados Unidos. Se trata del PolyHeme, un polímero de hemoglobina que permite hacer transfusiones de urgencia sin necesidad de conocer el tipo de sangre del receptor-enfermo.
Se aplicaría fundamentalmente a víctimas de accidentes y otros traumatismos que causan hemorragias y que, de otra manera, correrían el riesgo de morir por hemorragia aguda. Su fabricante es la compañía Northfield de Evanston, en el estado de Illinois.
El estudio se inició en la ciudad de Denver, en Colorado. En cierta manera es la continuación de una trágica historia de la medicina, en la que más de 20 personas fallecieron al ser tratadas con otro sustituto de la sangre. Desde aquel desgraciado episodio, cada vez que se habla de sangre artificial surge siempre la preocupación por la seguridad y sus posibles efectos secundarios.
En este caso, los enfermos se seleccionaron de manera aleatoria para recibir por vía intravenosa PolyHeme o suero salino estándar, en el propio lugar del accidente o en ruta hacia el hospital. En una práctica inusual, los investigadores no solicitaron el consentimiento informado, ya que en caso de politraumatismos, como en los accidentes automovilísticos, los enfermos están por lo general inconscientes o en estado de shock. Hay una excepción federal que, en casos de urgencia y en los que una intervención rápida puede salvar una vida, permite a los investigadores no tener que obtener el consentimiento informado del accidentado o de algún familiar.
El primero de los citados raramente se encuentra en situación cognitiva estable, y el segundo no está en la escena de los hechos. La excepción requiere que la investigación planeada sea hecha pública en la comunidad donde vaya a ser aplicada. Desde su aprobación, la FDA ha aprobado alrededor de 15 estudios de este tipo.
El PolyHeme es capaz de transportar oxígeno y puede almacenarse hasta un período de un año. Se sabe que la hemoglobina pura no puede utilizarse, ya que es tóxica para los riñones.
Pero no es así si se fabrica un polímero —la combinación de varias moléculas de hemoglobina unidas químicamente— como es el caso del nuevo producto. De momento, lo único que sabemos es que no se han manifestado efectos indeseables en los enfermos tratados con el nuevo producto. El estudio finalizará este mismo año, pero de momento los resultados son ya esperanzadores y, por supuesto, muy distintos a los de antiguos sustitutos de la sangre que precedieron al PolyHeme.
El nuevo producto no es un sustituto permanente de la sangre, ya que una vez administrado se disipa del organismo en 24 horas sin causar efectos secundarios apreciables. Su potencial para salvar vidas es enorme, ya que con él se ganan 24 horas, un período importantísimo para estabilizar al enfermo, trasladarlo a un centro sanitario y prevenir que muera por hemorragia aguda.
La carrera por encontrar un sustituto a la sangre está en una fase de altas expectativas.
Científicos británicos comenzarán un estudio para investigar si es posible producir sangre sintética con células madre embrionarias.
Este tejido, dicen los científicos, sería libre de infecciones y se podría producir en cantidades ilimitadas para transfusiones de emergencia.
El proyecto de tres años será llevado a cabo por el Servicio Nacional Escocés de Transfusión de Sangre.
Durante la investigación los científicos analizarán embriones humanos -sobrantes de tratamientos de fecundación in vitro- para seleccionar a aquéllos que podrían destinarse al desarrollo de sangre del tipo de donante universal, la O-negativa.
Este grupo de sangre puede ser transferida a cualquier persona que no tenga problemas de rechazo de tejido.
Y es la única opción segura cuando no se conoce el tipo de sangre del paciente o no está disponible de inmediato.
Multimillonario
El abastecimiento de este preciado grupo de sangre es muy limitado porque sólo 7% de la población lo tiene.
El proyecto recibirá unos US$4 millones de la fundación Wellcome Trust, y otros fondos de los servicios de transfusión de sangre de Escocia, Inglaterra y Gales.
Y al parecer el gobierno de Irlanda también estará involucrado en el proyecto.
La investigación será dirigida por el profesor Mart Turner de la Universidad de Edimburgo, quien dirige el Servicio Nacional Escocés de Transfusión de Sangre.
Y se espera que el estudio comience en las próximas semanas una vez que se obtenga la aprobación final de las autoridades de investigación científica.
La investigación intenta convertir a las células madre embrionarias en glóbulos rojos capaces de transportar oxígeno y destinarlos a transfusiones de emergencia.
Este tipo de sangre sintética, dicen los investigadores, además de estar disponible de inmediato, tendría el beneficio de no tener infecciones de virus como el VIH, hepatitis o la forma humana de la enfermedad de las "vacas locas".
Desafío
Estudios previos han demostrado que sí es posible tomar una célula madre de un embrión humano y convertirla en células maduras en el laboratorio.
Y varios equipos científicos alrededor del mundo están trabajando ya en el desarrollo de sangre sintética a partir de células embrionarias.
El año pasado, una empresa estadounidense, Advanced Cell Technology, logró producir miles de millones de glóbulos rojos de células sanguíneas embrionarias.
Pero el estudio no había podido avanzar debido al veto impuesto por George Bush en la investigación de células madre.
El desafío ahora, afirman los investigadores, es poder aumentar la producción de sangre "sintética" y llevar el estudio del laboratorio a la clínica.
Y esto, como señala el profesor Turner, podría tomar algunos años.
"Dentro de los próximos años deberíamos tener los primeros resultados" dice el investigador.
"Pero un tratamiento disponible quizás tardará entre 5 y 10 años".
"Creemos que, en principio, lograremos obtener con este método un abastecimiento ilimitado de sangre" expresa el científico.
La investigación, sin embargo, no está libre de controversia.
Varios grupos rechazan el uso de embriones para obtener células madre porque, dicen, no es ético destruir embriones en nombre de la ciencia.
La Potenciación Muscular Selectiva (PMS®) consiste en el entrenamiento aislado de músculos debilitados o atrofiados. Se trata de una terapia activa que tiene como meta el fortalecimiento del músculo afectado, la consiguiente recuperación de la funcionalidad del mismo y la estabilidad del aparato locomotor.
La Potenciación Muscular Selectiva (PMS®) ¿es una alternativa a la intervención quirúrgica por dolor de espalda?
En el Congreso de la GMKT (Sociedad Médica de Potenciación Muscular Selectiva Terapéutica) con sede en Alemania y Suiza, que se celebró en el año 2000 en la Universidad del Deporte de Colonia/Alemania, los profesionales médicos Brian W. Nelson, M.D., Neurocirujano en Minneapolis/EEUU, y Joachim Baron, doctor en medicina, mostraron métodos alternativos a la intervención quirúrgica de columna vertebral, tanto cervical como lumbar.
El Dr. Brian W.Nelson presentó una investigación realizada por su clínica en St. Paul/Minneapolis con pacientes que le consultaron tras haber recibido de un médico la recomendación o indicación para una intervención quirúrgica por diferentes patologías de la espalda que asociaron dolor crónico de espalda, cervical y/o lumbar.
La meta del estudio fue averiguar si era posible evitar la intervención quirúrgica realizando un programa individualizado de Potenciación Muscular Selectiva, indicado por médicos, controlado por profesionales y realizado de forma fiable.
Investigación :
Durante un periodo de 2 años y medio, 62 pacientes randomizados entre 651 que habían cumplido los criterios del estudio, recibieron un tratamiento que básicamente se compuso de ejercicios generales dinámicos intensivos, contra una resistencia variable y progresiva; y de ejercicios específicos de potenciación muscular selectiva (PMS®) para los segmentos lesionados de la columna cervical y lumbar aislada.
Por regla general, se realizó un control de seguimiento después de 16 meses.
Resultado:
Sólo 3 de los 38 pacientes que realizaron el programa completo de PMS® necesitaron una intervención quirúrgica.
Resumen:
Teniendo en cuenta que el estudio no cumplía todos los requisitos de un estudio de valor estrictamente científico, los resultados nos parecen prometedores y satisfactorios.
El resultado no permite la conclusión de que la PMS® fuera una alternativa a la Intervención Quirúrgica , sin embargo lo que queda claramente demostrado es que muchos de los pacientes designados para la intervención, no tuvieron que ser intervenidos después de la PMS®.
La bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la correcta conducta humana respecto a la vida, tanto de la vida humana como de la vida no humana (animal y vegetal), así como del ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la vida.
En su sentido más amplio, la bioética no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.
La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los animales.1 Más adelante, en 1970, el oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre "la ciencia de la supervivencia".
En las relaciones entre bioética y derecho hay dos posibles tendencias (Moreno, 1995):
legalista y rigurosa: pretender elaborar leyes muy detalladas adaptadas a los diversos casos que se piensa pueden surgir (pero con el riesgo, como se ha visto con algunas, de que los avances técnicos permitan encontrar huecos legales o creen determinadas paradojas, o que permitan soluciones no previstas por el espíritu de la ley).
Abierta e inductivista: se reconoce que no se pueden prever todos los avances y todas las situaciones posibles creadas por una tecnología que avanza a un ritmo tan rápido. Pero queda la necesidad de leyes generales que reconozcan principios claros, pero sin descender a demasiados detalles. Queda lugar para que la jurisprudencia vaya incorporando el espíritu de la ley en función de los nuevos contextos científicos y sociales.
Para Adela Cortina (1994) el ethos de una sociedad viene configurado por el diálogo entre la moral cívica (conjunto de valores que una sociedad democrática comparte), derecho positivo e instituciones políticas. La tarea de la bioética sería inspirar formas de vida respetuosas con las exigencias vitales básicas y llegar a plasmaciones jurídicas sólo cuando sea inevitable. Una dificultad es delimitar lo que son exigencias básicas (derechos exigibles) de lo que son deseos o preferencias subjetivas (que no pueden reclamar su satisfacción jurídica). Esto conduce a preguntar quién puede acceder a determinados servicios sanitarios, y a qué servicios básicos se tiene derecho. Por ejemplo, ¿está obligada la sociedad a ayudar a cualquier individuo a recurrir a técnicas de reproducción artificial?
Daniel Callahan (1996b) ha planteado los dilemas específicos en la sociedad norteamericana en cuanto a las relaciones del derecho con la bioética: "Es como si al público se le presentara una simple y cruda disyuntiva: si piensas que algo realmente es moralmente importante, llévalo a los tribunales o aprueba una ley sobre ello; pero si piensas que hay que dejar aparte a los tribunales o que no debería haber leyes sobre eso, entonces, cállate y deja el tema en el campo de la elección privada. Y cuando decimos "elección privada" en este país, queremos decir una cosa: que no debemos emitir juicios morales sobre las elecciones de los demás, y mucho menos condenas de moral pública de las prácticas de diferentes grupos". El caso es que el tabú a discutir seriamente sobre los usos morales de la libertad y sobre la diferencia entre opciones morales responsables e irresponsables ha conducido mientras tanto a que gran parte de la moral sea elaborada en las cortes de justicia y enraizada en deciciones legales. Para Callahan es sorprendente, por ejemplo, que decisiones judiciales (con amplia repercusión mediática, configuradora del pensamiento de muchos ciudadanos) declaren que "si mi vida termina en una situación de dependencia, debilidad y desorganización mental como de niño, habré perdido mi dignidad" (de persona). Por lo tanto, el legalismo se puede definir como la conversión de problemas morales en problemas legales; la inhibición del debate moral por temor de que sea convertido de esa forma; y la elevación de los jucios morales de los tribunales al estatuto de estándares morales. Callahan no culpa a los jueces, sino a las Iglesias (que o son demasiado sectarias o son demasiado complacientes), a las universidades (demasiado atrapadas por el profesionalismo o por las guerras culturales), a la prensa de opinión (la de izquierdas aburridamente ocupada en atacar a la derecha religiosa, y la de derechas al asalto de los liberales políticamente correctos), y a la vida política (interesada sólo en atacar a los oponentes).
Aceptando el reto de Callahan, Gilbert Meilaender (1996) reconoce que un punto clave estriba en que se tiende a pensar que las leyes están para promocionar las elecciones que cada uno hace. Se ha creado "un ideal del yo que está vacío de contenido, salvo el de la elección" (Callahan). Para Meilaender el problema no está sólo en el legalismo, sino en el hecho de que pensamos que la ley debe garantizar nuestras elecciones privadas, eliminándose con ello de la consideración pública una amplia gama de cuestiones morales. Y pone los siguientes ejemplos:
¿Se tiene en cuenta el bien del feto como parte del bien común?
¿Se acepta que un ciudadano conceda el derecho a otro de quitarle a él la vida?
¿Eliminar al que sufre es un buen método de eliminar el sufrimiento?
Todas estas son cuestiones tanto morales como legales. Pero su respuesta dependerá del valor que queremos dar a las garantías jurídicas para el ejercicio de nuestra autonomía respecto de otros enfoques que podemos haber colocado en el "punto ciego" de nuestros debates. Lo que necesitamos es una comprensión de la ley que considere a los seres humanos como algo más que entidades aisladas de deseo y elección. Hay que tener claro (y someter a crítica) una antropología de base que arroja una visión del hombre como sujeto de deseos, aislado respecto de los demás, supuestamente capaz de una libertad ilimitada que sólo atiende a su propio narcisismo y a la plasmación de su voluntad. Pero ¿de dónde salen los deseos? ¿Cómo se ha decidido que la satisfacción de deseos es el máximo bien? ¿Qué fuerzas generan y manipulan los deseos supuestamente autónomos y "neutros" de los individuos? ¿No está al cabo la satisfacción de deseos y voluntades al servicio de un determinado sistema de intereses económicos espoleados mediáticamente? ¿Se puede obviar todo este cúmulo de factores reales concretos para seguir creyendo en la ficción del individuo autónomo abstracto?
Es difícil imaginar que la ley deba permanecer silenciosa sobre ciertos temas, como el aborto y la eutanasia, ya que ellos conllevan implicaciones sobre el significado de ser miembro de una comunidad.
Hay otros asuntos que parecerían caer (casi) totalmente dentro del ámbito privado, pero sobre los que se necesita al menos una comprensión compartida: ahora que tenemos a mano FIV y tecnologías reproductivas y genéticas (incluyendo la clonación), ¿se puede mantener que es de incumbencia exclusivamente privada el modo de traer hijos al mundo? ¿no tendría la sociedad nada que decir si elijo tener un clon de mí mismo, o si elijo "mejorarlo" genéticamente, determinando con mi voluntad algunos de sus rasgos? ¿No tendrá ninguna consecuencia el que empecemos a considerar los hijos como bienes de consumo y de diseño, cuando "produzcamos" nuestra descendencia en lugar de procrear en un contexto de acogida diferente? ¿La ley no tendría nada que decir?
Algunos peligros asociados a la invocación de la bioética
Miguel Moreno (1995) ha resumido algunas de las "trampas" que pueden jalonar el curso de la bioética:
Considerar la bioética como un mero cálculo de posibilidades técnicas y de relación costes/beneficios. Se asume que los problemas éticos suelen estar asociados a técnicas aún no maduras que presentan problemas de seguridad, pero una vez que tales problemas se solventen, desaparecen los obstáculos éticos para su aplicación. (Algo de esto se está viendo ya con la perspectiva de la clonación en humanos, y sobre la intervención genética en la línea germinal).
Invocación a la ética sólo cuando el conocimiento científico y técnico llega a afectar a la sociedad. En este caso se puede tener la tentación de usar la bioética de un modo reactivo, como "amortiguador de impactos sociales" y no como reflexión previa y crítica sobre medios y fines.
Invocación al prestigio de la bioética para pedir atención y recursos de investigación. Los científicos y gestores públicos saben que la investigación requiere grandes inversiones, para lo cual pretenden ganar un amplio apoyo social. Esto favorece el surgimiento de una ética informal en los proyectos de investigación, cuyo peligro es el de ser instrumentalizadora, el de "hacer tragar" la irrupción masiva de nuevas tecnologías que favorecen a ciertas capas o sectores. Se trata de una ética domesticada, como trámite publicitario, para cubrir el expediente y acallar conciencias. Este es el peligro de la ética "institucionalizada" en comités oficiales, que intentan cerrar el debate de modo prematuro. También es el recurso de comités ligados a empresas o a grupos profesionales (p.ej., en los servicios de FIV, análisis genéticos, etc.).
Daniel Callahan ha hablado igualmente del riesgo que él llama "de nuestra pandilla" (Bioethics, our crowd, and ideology, Hastings Center Report, nov.-dic. 1996, pp. 3-4), por el que los bioéticos tienden a mimetizar las "guerras culturales" tan características de los entornos académicos de los EEUU: se puede predecir lo que va a decir un bioético conociendo su edad, creencias religiosas (o falta de ellas), educación previa y clase social. Callahan emite varios deseos:
Que los expertos no se impliquen en ninguna comisión donde haya una razonable certeza de que su propósito político sea dar legitimidad a una investigación o propuesta política controvertidas. (Esto se relaciona con el punto 3 de las advertencias de Moreno arriba citadas).
La bioética debe respetar las distintas posturas que surjan en el debate. El bioético debe defender sus posiciones, pero para ello no debe escamotear el debate, y por lo tanto, sus propuestas deben entrar a dialogar (sin deformarlas ni ridiculizarlas) con propuestas diferentes.
Evitar que los foros académicos sean homogéneos, a base de gente de la propia pandilla. Por ejemplo, los biotecnólogos deberían invitar a ecologistas críticos con la ingeniería genética; las revistas "liberales" favorables al aborto deberían invitar a oponentes, (y viceversa), etc.
Albert Jonsen (1996) rompe una lanza en favor de tolerar la riqueza de la perplejidad y ambigüedad que acompaña al debate bioético. Es mejor no cerrar el debate prematuramente, y dejar que durante un tiempo la "zozobra" nos invada, porque ello es garantía de que seguiremos buscando soluciones que no sean simplistas e inflexibles. Para Renée Fox (1996) la prioridad que la bioética americana ha concedido al individualismo le ha apartado de varias clases de temas sociales, especialmente de los que afectan a los más desfavorecidos, y ha levantado una barrera entre entre los temas sociales y los temas éticos.
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