La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España es una obra de Bernal Díaz del Castillo, que fue uno de los soldados participantes en la mayoría de las jornadas de la conquista de México en el siglo XVI.
Los biógrafos de Díaz del Castillo coinciden que en 1568 fue la fecha de la conclusión del manuscrito; una copia manuscrita llegó a España en 1575 (en el siglo XVI era habitual la circulación manuscrita de las obras), la cual sirvió de base a la primera edición impresa, que fue publicada póstuma en 1632. Es una obra de estilo cautivador desde las primeras líneas. Nos narra el proceso de la conquista de México de una manera ruda, aunque sencilla, ágil y directa. Cada página es un retrato pintoresco plagado de detalles. Leer su libro es transportarse al pasado y vivir al lado de un soldado todos los sucesos de la conquista: descripciones de lugares, relatos de personajes, anécdotas, críticas agudas y angustiantes relaciones de fatiga y peligros enfrentados.
Cada uno de los doscientos catorce capítulos se convierten en una vivencia para el lector. Como muestra de la sencillez de su estilo, Bernal narra un asombroso fragmento de cuando los españoles entraron por primera vez a la ciudad de México: «luego otro día partimos de Estapalapa, muy acompañados de (...) grandes caciques, íbamos por nuestra calzada adelante, la cual está ancha de ocho pasos, y va tan derecha a la ciudad de México, que me parece que no se torcía poco ni mucho, y puesto que es bien ancha toda iba llena de aquellas gentes que no cabía, unos que entraban en México y otros que salían, y los indios que nos venían a ver, (...) estaban llenas las torres y los cués [templos] y en las canoas y de todas partes de la laguna, y no era cosa de maravillar, porque jamás habían visto caballos ni hombres como nosotros».
Si estamos interesados en saber lo que comía Moctezuma, podemos recurrir a la Historia Verdadera: «en el comer, le tenían sus cocineros sobre treinta maneras de guisados, hechos a su manera y usanza y teniánlos puestos en braseros de barro chicos debajo, porque se enfriasen, y de aquello que Moctezuma había de comer guisaban más de trescientos platos (...) cotidianamente le guisaban gallinas, gallos de papada, faisanes, perdices de tierra, codornices, patos mansos y bravos (...) él sentado en un asentadero bajo, rico y blando, y la mesa también baja (...) allí le ponían sus manteles de mantas blancas (...) y cuatro mujeres muy hermosas y limpias le daban agua en unos xicales (...) y le daban sus toallas, y otras dos mujeres le traen el pan de tortillas».
Gracias a su obra, también podemos acompañar a los españoles en sus penurias «... cada día menguaban nuestras fuerzas y la de los mexicanos crecían, y veíamos muchos de los nuestros muertos y todos los demás heridos, y aunque peleábamos muy como varones no podíamos hacer retirar ni que se apartasen los muchos escuadrones que de día y de noche nos daban guerra, y la pólvora apocada, y la comida y el agua por consiguiente, (...) en fin, veíamos la muerte a los ojos, (...) y fue acordado por Cortés y por todos nuestros capitanes y soldados de que noche nos fuésemos, cuando viésemos que los escuadrones guerreros estuviesen más descuidados (...) Y estando en esta manera cargan tanta multitud de mexicanos a quitar la puente y a herir y a matar en los nuestros (...) y como la desdicha es mala en tales tiempos, ocurre un mal sobre otro; como llovía resbalaron dos caballos y caen en el agua (...) De esta manera que aquel paso y abertura se hinchó de caballos muertos y de indios e indias».
Sobre Michoacán, Díaz del Castillo hace de Olid y sobre el juicio sobre el Cazonci entablado por Nuño de Guzmán.
Sin embargo, no fue precisamente el hecho de dar a conocer las hazañas de los españoles en un libro de aventuras lo que motivó a escribir su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, cuarenta años más tarde. El verdadero móvil fue el de nunca sentirse bien retribuido en premios (tierras e indios) y recompensas a sus múltiples méritos. Su Historia Verdadera es una desmesurada relación de méritos en la conquista de la Nueva España. Hace hincapié en la poca gloria que dejó Hernán Cortés a los soldados, artífices de la conquista.
Es frecuente encontrar en la Historia verdadera comentarios sobre el cronista real Francisco López de Gómara y su Historia general de las Indias. Bernal le acusa de hablar a sabor de su paladar, alabando a Cortés, callando y encubriendo las hazañas de los soldados. Su argumento era que escribían historias quienes no se hallaron presentes en la Nueva España y sin tener relación en lo realmente acontecido. A este respecto, nuestro cronista escribe: «... Estando escribiendo en esta mi crónica, acaso vi lo que escribieren Gómara e Illiescas y Jovio en las conquistas de México yNueva España y desde que las leí y entendí (...) y estas mis palabras tan grotescas y sin primor, dejé de escribir en ella, y estando presentes tan buenas historias y con este pensamiento torné a leer y mirar muy bien las pláticas y razones que dicen en sus historias y desde principio y medio no hablan de lo que pasó en la Nueva España...».
Caída la ciudad de México-Tenochtitlan, Bernal Díaz se fue a residir a Coatzacoalcos. En 1541 (cuando se fundaba la ciudad de Valladolid, hoy Morelia) resolvió ir a Santiago de Guatemala, lugar donde murió de más de ochenta y cuatro años de edad.
Con lo anterior mencionado, podemos responder a nuestra pregunta inicial: Díaz del Castillo escribió una Historia verdadera como prueba de sus servicios a la Corona, para así exigir recompensas. Era una respuesta a las crónicas que enaltecían a Cortés dándole toda la gloria, reduciendo a nada el esfuerzo del soldado español.
Teniendo estas premisas en mente, podemos disfrutar mejor la lectura de tan valiosa obra. A la vez de aprender historia con toda la familia, le damos oportunidad a un español, a un soldado, que nos relate lo que para él fue la historia verdadera de la conquista de la Nueva España.
Críticas modernas a la obra
Sin embargo, Bernal no deja de tener sus críticos. W. Arens, autor del libro El mito del comehombres, no deja de recordarnos que nunca tomó notas y nunca aprendió a hablar las lenguas indígenas y sin embargo es capaz de describirnos diálogos enteros de los indígenas desde el primer día que pisaron el continente. Algunos de estos diálogos tienen una gran semejanza con pasajes de las aventuras de Hans Staden, un libro muy popular en su época y que relata las penurias de un mercenario alemán en la costa atlántica del Brasil hacia 1550. Algunos de sus relatos se contraponen con la versiones indígenas, y otros, como su descripción del Zompantli del templo mayor son físicamente imposibles. Bernal reporta haber contado 100.000 cráneos, pero en las reconstrucciones del Zompantli no caben más de 1.800.
Es posible que Bernal haya contado con la colaboración de un escriba anónimo, quien pudo embellecer algunas partes del relato.
Todo eso no impide disfrutar de su relato, pero es importante conocer también las versiones de los demás protagonistas.
fuente: wikipedia
Díaz del Castillo, Bernal - Historia verdadera de la conquista de la Nueva España http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01715418982365098550035/index.htm
The Spanish soldier Bernal Díaz del Castillo (ca. 1496-ca. 1584) was a member of the expedition that conquered the Aztec empire. His "A True History of the Conquest of New Spain" is the most complete contemporary chronicle of that event.
Bernal Díaz del Castillo was born in Medina del Campo of a respectable although not distinguished family. He was enchanted by tales of the fortunes to be found in newly discovered America, and in 1514 he left for the New World in the entourage of Pedrarias, who had been appointed governor of Castilla del Oro (the Isthmus of Panama and adjacent mainland of South America). Díaz was soon disenchanted with the prospects in this area and moved on to Cuba. While based there, he participated in two expeditions which explored the coasts of the Gulf of Mexico in 1517 and 1518, respectively.
In 1519 Díaz joined the expedition organized by Hernán Cortés for the conquest of Mexico and participated in the campaigns which led in 1521 to the fall of Tenochtitlán, the Aztec capital. His exact status in the enterprise is not clear. He intimates that he exercised some authority and enjoyed the confidence of Cortés, but other evidence indicates that he was little more than a common foot soldier.
After the conquest of the Aztecs, Díaz settled in the province of Coatzacoalcos, southeast of Veracruz, where he had been awarded grants of land and native labor. These properties, however, provided him with only a modest livelihood, so in 1540 he went to Spain to plead for more substantial recognition of his merits and services. He was rewarded by a somewhat better allocation of lands and indigenous people in the province of Guatemala. Here he settled, probably in 1541, and became a respected citizen, a municipal official, and the father of a numerous progeny, legitimate and illegitimate. But until his death about 1584, he complained of poverty and bemoaned the inconspicuous rewards he had received for his services to the King.
History of the Conquest
Possibly while still in Mexico, Díaz conceived the idea of recording his memories of the Conquest, but it was not until the early 1550s that he really began to write. The project progressed slowly. Then in the 1560s he read a book entitled The History of the Conquest of Mexico (1552), written by Francisco López de Gómara, a former chaplain of the Cortés family. Gómara's account appeared to glorify the role of Cortés at the expense of the common soldier, an interpretation that Díaz resented; it provided him with an incentive to complete his own account, which he entitled A True History of the Conquest of New Spain. In 1568, about age 72, he completed his task and in the mid-1570s sent a copy of the manuscript to Spain for publication. It did not appear in print, however, until 1632 and then only after the editor, Friar Alonzo Remón, had considerably altered the text. It was not until 1904-1905 that a true edition appeared, prepared by the Mexican historian Genaro García from the original manuscript, which had survived in Guatemala.
The True History begins in 1517 and terminates in 1568, but the bulk of it concentrates on the epic years 1519-1521. Díaz admitted and deplored his unpolished style, and it is in fact that of a common soldier. The narrative is prolix and digressive; events are sometimes transposed and observations and interpretations often naive. Yet he possessed a deep honesty and remarkable memory. For the most part his account is factually correct. He was also a superlative raconteur with a deep sense of personal involvement and a flair for the dramatic. The True History is not only a major historical document but also one of the greatest adventure stories of all time.
Further Reading
Genaro Garcia's edition of Díaz's history was translated into English by Alfred Percival Maudslay and published by the Hakluyt Society as The True History of the Conquest of New Spain (5 vols., 1908-1916). Volume 1 contains useful notes on Díaz and his work. Several abridged English editions appeared subsequently. A good, recent biography of the chronicler is Herbert Cerwin, Bernal Díaz: Historian of the Conquest (1963).
source: www.answers.com
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