Una vida cuyo último y único sentido consistiera en superarla o sucumbir, una vida por tanto cuyo sentido dependiera, en la última instancia, de la casualidad, no merecería la pena en absoluto ser vivida.
El libro más conocido de Viktor Frankl aúna una serie de peculiaridades que, en cierto modo, podrían ser predecibles. Partiendo de la supervivencia de Frankl en Auschwitz el propósito declarado del autor con el libro es el de describir su experiencia desde la óptica para la que se sentía capacitado, la de psiquiatra, y así comprender psicológicamente lo que realmente había sucedido allí. Para cuando quedó internado en Auschwitz Frankl se encontraba humana y profesionalmente en una época en la que había alcanzado su madurez personal (treinta y siete años). Tenía una vida que cabría calificarla de “encarrilada”, tanto en lo afectivo como en lo profesional. Este dato resulta muy significativo porque, sin duda, le sirvió a Frankl para poder sobrellevar de mejor manera las atrocidades que tuvo que presenciar al tiempo que supo mantener un cierto distanciamiento que le permitió mantener su equilibrio psicológico y sacar provecho intelectual de lo que allí estaba pasando.
Sin embargo la madurez de Frankl encontró techo cuando se encontró acorralada en las semanas anteriores a su deportación. Él disponía de un visado que podría haber utilizado para huir a Estados Unidos junto a su mujer y el hijo que esperaban con total seguridad. Pero su padre no se encontraba en la misma situación. Frankl acuciado por este dilema que no conseguía resolver se dedicó a vagar esperando a recibir alguna clase de señal. Parecía como si esperase a que el destino le indicase la ruta adecuada dentro del callejón sin salida en el que se encontraba. Creyó verlo en un aparentemente inocente recordatorio de las leyes judías que hizo su padre cuando mencionó que el deber sagrado de un hijo es honrar a su padre.
Esto decidió a Frankl a renunciar a usar el visado y a permanecer junto a su padre ya que éste que no estaba en condición de evadirse. Obviamente no se pueden colocar en una balanza las vidas de las personas, pero en el caso de la elección de Frankl pareció no haber arrepentimiento pese a las circunstancias. Frankl recuerda con alivio el que poco tiempo después pudo acompañar a su padre en el campo de concentración cuando éste se hallaba moribundo y así ofrecerle un último calmante que le aliviase los instantes anteriores a su muerte. Lógicamente Frankl se podía sentir satisfecho de haber cumplido con su deber de hijo ya que había renunciado a una escapada fácil para acabar internado en un campo de concentración junto a su padre con la única esperanza de serle allí de alguna mínima ayuda.
Lo que resulta llamativo es que Frankl nunca se arrepienta de esta decisión porque el haberla tomado supuso la muerte en otro campo de concentración de las dos personas (su mujer y su hijo no nacido) que estaban bajo su responsabilidad y que se hubiesen salvado si hubiese tomado la determinación de aprovechar el visado. Parece pues que más que un balance racional fuese una voz interior la que, a modo del daimon socrático, decidiese la elección de Frankl.
La peculiaridad de la experiencia de Frankl no se queda en esta primera elección. También se repite entre el motivo pretendido conscientemente con el libro y lo que realmente escribió en él. Si la intención original es obtener conclusiones en el ámbito psicológico de lo que allí sucedió, el resultado terminó siendo una especie de diario de la época que pasó en Auschwitz en el que predomina el tono descriptivo y, por su ausencia, resultan llamativas las escasas conclusiones teóricas. Tan sólo el apéndice final del libro busca teorizar sobre la actitud vital que se puede mantener después de una experiencia como la del internamiento. El libro, en sí, no es más que una descripción con escasas explicaciones de lo que allí sucedió. Por supuesto no pretendo restarle valor a un libro magnífico como es éste, simplemente resaltar la diferencia entre la intención inicial y la conclusión final.
Se podría decir que el tono descriptivo de libro responde a una necesidad que me atrevería a calificar de “periodística”. Es decir, la de relatar lo más fielmente posible lo que allí sucedió para evitar que todo lo pasado quedase en el olvido. Precisamente aquí estaría un elemento común con los relatos de otras víctimas de la violencia. Es así como se podría encontrar un paralelismo entre el tono descriptivo de Frankl y el de, por ejemplo, Ana Frank.
Frankl hace especial mención a las crueldades del campo de concentración. Se plantea, y recuerda que todo el mundo se tuvo que haber reflexionado en algún momento, el cómo podía ser posible que el ser humano pudiese llegar a semejantes límites de maldad hacia sus semejantes. Pese a haber enfatizado tanto la pregunta, sorprendentemente, Frankl no hace mayores esfuerzos por explicar este suceso (capítulo: “Psicología de los guardias del campamento”). Ni desde el pretendido ámbito psicológico, ni desde ninguna otra perspectiva. Cuando más adelante, hacia el final del libro, se decide a buscar alguna explicación al mencionar el caso del Dr. J. opta por una resolución de lo más absurda porque intenta asumir que este hombre podía ser un asesino al tiempo que una persona afable y cordial basándose en "lo impredecible" del ser humano.
Simplemente con observar lo que pasó en las dictaduras del cono sur se puede ver que un comportamiento así es muy frecuente en situaciones de esta clase. En este último contexto los torturadores sudamericanos eran encantadores padres de familia al tiempo que masacraban a sus víctimas.
Otra circunstancia que vicia las ideas que saca Frankl de esta experiencia es, paradójicamente, su optimismo. Si una actitud optimista resulta importante en la vida, se hace decisiva si alguien va a terminar internado en Auschwitz. En cuanto a esto se podría pensar que el carácter maduro de Frankl se hallaba robustecido también en este aspecto. Esta visión optimista es la que le llevó a usar el particular método terapéutico que ejercía con sus pacientes y que tenía uno de sus pilares en la confrontación con la pregunta “¿por qué no se suicida usted?”.
Frankl opinaba que toda persona podría encontrar un sentido a su existencia si comprendía que era necesario para algo o para alguien. Podía ser el libro que aún no había escrito, el hijo que lo necesitaba, etc… Lo importante era subrayar que nadie se encontraba aislado de sus semejantes ni de sí mismo. Es entonces cuando la frase de Nietzsche que menciona el propio Frankl en el libro, “El que tiene un por qué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”, cobra su significado máximo porque con Frankl hallar un sentido, una explicación, resulta un pilar básico para que el individuo encuentre un camino que le lleve a su recuperación. Sin embargo es aquí cuando su optimismo le lleva siempre a encontrar una motivación para cada persona, incluso aunque el paciente se niegue a darla como válida. Aparte de lo cuestionable de estos fundamentos últimos se podría aludir a Schopenhauer, autor citado por Frankl en el libro aunque en otros términos. Frankl no sería más que un servidor de la Voluntad.
Puede encontrar conexiones que, desde un punto de vista psicoterapéutico, ofrezca un cierto sentido a un paciente suyo. Pero esos vínculos carecen de un significado último que los fundamente. Se podría decir que, en última instancia, el sentido de la vida se comprende al vivirla. Pero una afirmación así deja muchos vacíos que el sistema de Frankl no puede superar desde un punto de vista filosófico, aunque seguramente el método sea muy válido para pacientes comunes desde un punto de vista psicoterapéutico.
Filosóficamente, sin embargo, no llega a solventar problemas como el de la libertad personal que son básicos para su perspectiva en la logoterapia.
Lo llamativo de la experiencia de Frankl es que se encontró en unas circunstancias casi únicas. Es verdad que en la historia de la humanidad se han dado toda clase de crueldades del ser humano con sus semejantes pero el nazismo supuso una nueva inflexión hacia una dimensión desconocida, la del mal radical. Fue en Auschwitz cuando Dios se mantuvo en silencio, fue a partir de Auschwitz cuando se comprendió que no se podía pensar en los mismos términos con los que se había reflexionado con anterioridad.
Es por esto que Adorno acaba diciendo el “¿Cómo filosofar después de Auschwitz? Bajo estas circunstancias extremas fue como Frankl pudo comprobar unos nuevos límites a los que podía llegar la existencia humana. Ciertamente se podría decir que son unos límites muy tristes, pero también es verdad que ofrecieron nuevos indicios de cómo está constituida la naturaleza humana.
Según Morin, la etología ha modificado la idea de animal al descubrir que en el mundo animal existen fenómenos de comunicación y de organización social que se creían exclusivos de las facultades psico-cerebrales del ser humano. Las investigaciones etológicas han desmentido la visión según la cual el comportamiento animal está regido exclusivamente por «reacciones automáticas o reflejas», por ciegos «instintos», y está tan sólo orientado en función de la supervivencia y la reproducción. La etología ha mostrado cómo los animales se comunican entre sí mediante diversos tipos de mensajes (sonoros, visuales, olfativos, etc.), y cómo estas comunicaciones no sólo conciernen a las relaciones sexuales sino que van mucho más allá y tienen que ver con conductas tales como el juego, la sumisión, la intimidación, el rechazo, la amistad y la protección del territorio.
A través de estas comunicaciones los animales establecen relaciones sociales. Los animales no se agrupan, como se creía, en hordas informes, sino en auténticas sociedades ordenadas y organizadas. Diversos estudios de grupos de babuinos, macacos y chimpancés en libertad han revolucionado la visión que se tenía de su vida social (1). Estos grupos han dejado de ser considerados como hordas sometidas a un macho polígamo y han pasado a ser concebidos como auténticas organizaciones sociales en las que existen diferenciaciones internas, intercomunicaciones, reglas, normas y prohibiciones. Se concebía la sociedad humana como un fenómeno único sin precedentes en el mundo vivo y las únicas sociedades animales reconocidas (las de algunos insectos) eran consideradas como excepciones resultantes de la obediencia a un «instinto ciego». Sin embargo, la etología ha mostrado la existencia de auténticas sociedades animales complejas y organizadas, ha puesto de manifiesto cómo «la sociedad, concebida como organización compleja de individuos diversos, fundada en un mismo tiempo sobre la competición [y el conflicto] y la solidaridad [y la cooperación] y conllevando un rico sistema de comunicaciones, es un fenómeno extraordinariamente extendido en la naturaleza» (Morin 1973: 35). De manera que es necesario sustituir las nociones de horda, banda y colonia por la de sociedad. Como Moscovici ha puesto de manifiesto (2), la sociedad humana aparece como una variante prodigiosamente desarrollada y con sus peculiaridades sociales emergentes, desde luego del «fenómeno social natural» perdiendo así su insularidad (Morin 1973: 35). La etología y la sociología animal, al mostrarnos que ni la sociedad, ni la comunicación, ni el símbolo, ni el rito son exclusivos del hombre, sino que están enraizados en el proceso de evolución animal, resultan mortales para el antropologismo (3).
Por otra parte, con los trabajos de primatología desarrollados a partir de los años sesenta, «ya no es sólo la idea de sociedad la que cambia, es también la idea de mono y la idea de hombre» (Morin 1973: 36). La primatología acerca el antropoide al hombre. Muestra cómo el antropoide superior (primates, chimpancés) se halla mucho menos alejado del hombre de lo que se suponía. Nos muestra cómo los primates poseen una sociedad y una protocultura, cómo son ocasionalmente capaces de desarrollar actividades propiamente humanas (caza, bipedismo, uso y fabricación de herramientas) como son capaces de lenguaje y de pensamiento lógico y cómo poseen autoidentidad. Veremos a continuación cada uno de estos puntos.
La sociedad de los primates: según Morin, resulta «más que plausible ver en la complejidad organizativa de las sociedades de babuinos, macacos y chimpancés los rasgos fundamentales de una sociedad primática avanzada cuya evolución conduciría a la sociedad arcaica de homo sapiens» (Morin 1973: 55). De este modo, como afirma Moscovici, no sólo muestra fisiología y anatomía «descienden» de los primates, sino también nuestro cuerpo social. Algunos de estos rasgos son:
--La posibilidad de aplicar a esa sociedad las nociones de rango, estatuto y rol: en las sociedades de macacos, babuinos y chimpancés se dan una serie de separaciones entre machos adultos, hembras y animales jóvenes que constituyen diferencias jerárquicas así como diferencias de estatuto, de roles, de rangos y de función. Diferencias y separaciones que constituyen «un embrión de clases biosociales» (Morin 1973: 38). Y que suponen el establecimiento de la jerarquía y la desigualdad en el interior del grupo.
--Las relaciones entre las «clases» y entre los individuos están reguladas por complejas relaciones de dominación/sumisión similares a las que se dan en las sociedades humanas.
--La organización triádica macho-hembra-joven: existe vinculación entre madre e hijo y entre macho y hembra, pero no entre padre e hijo (pues el rol del macho apenas implica cuidados paternales). Debido a la prolongación del período de infancia, se tejen relaciones afectivas materno-filiales y vínculos personales entre hermanos y hermanas.
En virtud de estos rasgos, en las sociedades primáticas se configura alrededor de la madre un núcleo prefamiliar, pero no ha aparecido aún el núcleo familiar trinitario padre-madre-hijos.
La protocultura de los primates: se dan en los primates fenómenos protoculturales que se pueden considerar «como antecedentes de los fenómenos de innovación, integración y transmisión culturales propios de las sociedades humanas» (Morin 1973: 50). Un ejemplo clásico al respecto lo constituye el caso de los macacos de la isla japonesa de Kyushu. Morin lo narra perfectamente:
Un grupo de macacos que vivía en el lindero del bosque tenía la costumbre de alimentarse de tubérculos que limpiaban con las manos una vez desenterrados. Incidentalmente un joven se aproximó a la orilla del mar y dejó caer en él uno de tales tubérculos. Lo recogió, y descubrió de esta forma que no sólo el agua del mar le evitaba limpiarlos manualmente, sino que le proporcionaba la ventaja de devolvérselos sazonados. Tomó el hábito de sumergir en el mar los tubérculos que se comía y su actitud pronto fue imitada por otros jóvenes del grupo, pero no por los viejos; sin embargo la nueva costumbre se extendió a lo largo de la siguiente generación. Desde aquel momento los macacos ampliaron su espacio social para incluir la orilla del mar, lo que implicó que integraran a su nueva alimentación algunos pequeños crustáceos y mariscos. El embrión de «cultura» de esta sociedad, es decir, las prácticas y saberes de carácter no innato se habían enriquecido. El proceso de innovación había partido de un joven y se había extendido rápidamente entre el grupo marginal de sus compañeros. La innovación integrada [«una vez se ha captado su carácter práctico y agradable», p. 51] se convirtió en costumbre en el momento en que los jóvenes alcanzaron la madurez y se integraron a la clase formada por los adultos (...) (Morin 1973: 50-51).
Manifestación ocasional de capacidades humanas: el chimpancé manifiesta de forma esporádica y ocasional algunas capacidades consideradas hasta hace poco como específicas de la especie humana y que ésta puede desarrollar de modo permanente, tales como la caza, la técnica y el bipedismo. El estudio llevado a cabo por J. van Lawick-Goodall (4) nos ha mostrado cómo el chimpancé es omnívoro y ocasionalmente carnívoro, practica ocasionalmente la caza mediante cooperación y estrategias de grupo, ocasionalmente se sirve de bastones que blande contra sus adversarios y, también de modo ocasional, da forma a una herramienta, es decir, modifica un objeto natural, como sucede con la especie de canuto elabora a partir de una rama y que introduce en el termitero para succionar las termitas. Ocasionalmente anda o corre bípedamente.
Afectividad e inteligencia en los primates: no sólo nuestra anatomía y nuestra fisiología, ni como se vio anteriormente también nuestra sociedad, nos vinculan a los primates, sino que, además, la afectividad y la inteligencia constituyen «vínculos de descendencia» que nos ligan a ellos. Entre los primates la relación madre-hijo se prolonga durante cuatro años y está llena de afectividad. Esta afectividad maternofilial cala en el chimpancé quien durante su adolescencia, e incluso, a veces, durante edades más avanzadas, da muestras de afectividad, ternura y amistad (abrazos, besos, caricias, despiojar, espulgar).
Diversas experiencias realizadas en laboratorio nos han revelado aptitudes, potencialidades, del chimpancé que no desarrolla en las condiciones naturales y sociales en las que normalmente se desenvuelve. Experimentos llevados a cabo en el laboratorio han mostrado cómo el chimpancé es capaz de idear el medio (es decir, de pensar los pasos necesarios) para coger un plátano que se encontraba alejado de su alcance. Las experiencias de D. Premack con el chimpancé Sarah (5) y de Gardner con el chimpancé Washoe (6) nos muestran cómo los chimpancés son capaces de aprender un lenguaje, compuesto por signos escritos sobre fichas o de gestos, respectivamente. Parece ser, pues, que si el chimpancé no desarrolla un lenguaje no es por carecer de las aptitudes cerebrales para ello sino porque le faltan la aptitud glótica y el estimulo social necesarios para ello.
Autoidentidad y «cogito simiesco»: los experimentos de los Gardner y de Premack han puesto, respectivamente, de manifiesto cómo el chimpancé posee conciencia de su propia identidad y capacidad para la computación y el pensamiento lógico, dos cualidades que se creían exclusivas del hombre. Según Morin: «El "yo" de Washoe y el "pienso" de Sarah constituyen, una vez relacionados, un extraordinario cogito simiesco: "yo pienso"» (Morin 1973: 54). Bien es verdad que el simio sólo ha podido manifestar este cogito gracias a la ayuda tutelar del hombre, pero, aunque así sea, el que haya podido hacerlo nos revela que dispone de aptitudes para ello.
1. En especial los estudios de Carpenter, De Vore, Washburn, Itani, Chance, Kawamura, Tsumori, entre otros. Véase en particular: I. De Vore, Primate Behavior, Nueva York, Holt, Rinehart and Winston, 1965 y M.-R. Chance y C. Jolly, Social Groups of Monkey, Apes and Men, New York, 1970.
2. Cf. La Société contre nature, París, UGE 10/18, 1972.
3. Con la denominación de «antropologismo» se refiere Morin a las visiones del hombre que configuran lo antropológico como un dominio cerrado y reificado fundado sobre la exclusión de lo biológico y que, por tanto, son incapaces de englobar la naturaleza biológica de lo humano (Morin 1974: 737-738; véase también Morin 1973: 19-22).
4. Cf. Les Chimpanzés et Moi, París, Stock, 1971.
5. Cf. «Preparations for discussing behaviorism with chimpanzee», en F. Smith y G.A. Miller (ed.), The Genesis of Language, Cambridge, MIT Press; «The Education of Sarah, a chimp», Psycology Today, nº 4, 1970: 55-58; «Language in chimpanzee?», Science, nº 172, 1971: 808-822.
6. Cf. «Teaching sign-language to a chimpanzee», Science, nº 165, 1969: 664-672; «Two-way communication with an infant chimpanzee», en A. Shrier y S. Stollnitz (ed.), Behavior of non-human primates III, Nueva York, Academic Press, 1971.
"Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras."
(Génesis 11:1)
Son en la actualidad unas seis mil quinientas las lenguas que se hablan en nuestro mundo. De ellas, solamente veinticinco pueden considerarse importantes por su extensión y por su producción escrita.
La pregunta que ha preocupado siempre a pensadores y lingüistas es inmediata: ¿De
dónde surgió tal diversidad? ¿Cuál fue el origen de todas las lenguas?
Desde que Charles Robert Darwln, en el año 1871, escribía la frase: "Creemos que la facultad del lenguaje articulado no ofrece tampoco seria objeción a la hipótesis de que el hombre descienda de una forma inferior", en su famosa obra "El origen del hombre", se han venido publicando toneladas de libros en favor de esta teoría: La teoría de la evolución del lenguaje, según la cual la enorme variedad de lenguas que existen actualmente se habrían originado a partir de los gruñidos y gritos intermitentes de los monos antecesores -según el transformismo del hombre.
Se ha supuesto, que los hombres empezaron por imitar los sonidos que oían en los animales (bú-bú), o a lanzar gritos emocionales instintivos (pú, pú) o cantos de sincronización al trabajar en equipo (yo-je-jo), máso menos como los remeros del Volga, y todo esto dio origen al lenguaje.
Engels, en su "Dialéctica de la naturaleza" dice: "... los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros. La necesidad creó el órgano. La laringe poco desarrollada del mono se fue transformando... mientras los órganos de la boca aprendían a pronunciar un sonido tras otro."
Y esto es, en definitiva, lo que se acepta hoy. Mayoritariamente se cree, se escribe y se enseña que de los gruñidos han surgido las modernas gramáticas; de lo simple lo complejo y de lo primitivo lo civilizado.
Hasta tal punto esto es así que los modernos métodos "científicos" para la investigación del origen del lenguaje se centran en la observación de los recién nacidos, desde sus primeros balbuceos, y en el estudio de retrasados mentales, pues según Maistre (1963), estos deficientes nos marcarían las etapas por las que la inteligencia humana tuvo que pasar para conseguir hablar.
Pero ¿estamos ya en condiciones de responder a la pregunta inicial? ¿Es la teoría de la evolución del lenguaje la explicación científica definitiva al problema del origen de las lenguas? Pues parece que no; la cosa no es tan simple como creían Darwin, Engels y sus correligionarios.
SE PROHIBE HABLAR SOBRE EL ORIGEN DEL LENGUAJE
La ciencia que estudia las leyes humanas del lenguaje (Lingüística), acabó desechando -ya
siglo pasado- el problema del origen de las lenguas, por considerarlo incompatible con la objetividad científica.
Así, en el año 1866, la Sociedad Lingüística de París prohibió en sus estatutos que se tratase sobre el tema en cuestión, negándose a aceptar cualquier comunicación en éste sentido, el problema supera los límites de la observación científica. Se afirmaba que cualquier discusión acerca del origen del lenguaje no es más que una mera especulación.
Desde ese momento, los lingüistas se han interesado más por el funcionamiento de las lenguas que por su origen.
Así pues, para la ciencia actual los orígenes del lenguaje articulado constituye un verdadero enigma; pero ¿quiere esto decir que los lingüistas se muestran asépticos al problema, que no profesan, sostienen y enseñan ninguna hipótesis sobre este origen?. Bueno, esto ya es otra cosa, porque a pesar que los hombres de ciencia como tal no pueden decir nada al respecto, los hombres de ciencia sí dicen y enseñan lo que creen; y lo que ''creen"' -valga la expresión, ya que se trata de un acto de fe, sin base histórica, ni factual- es precisamente la teoría de la evolución del lenguaje: un mono que se hizo inteligente, dejó de gruñir y empezó a hablar.
TEORIA DE LA EVOLUCÓN DEL LENGUAJE: CRITICA
Vamos a pasar .revista a algunos hechos que podemos observar en la actualidad, para comprobar si concuerdan con lo que nos propone esta teoría.
En primer lugar, notemos que los lenguajes escritos más antiguos que nos han llegado suelen ser los más difíciles y complicados. Es de todos conocido que el griego clásico es más difícil que el griego moderno; el latín mas que el castellano, el francés o el inglés, y el chino antiguo mucho más que el chino moderno. Incluso, si comparamos. los más antiguos entre sí, resulta que el griego clásico, anterior 600 años al latín, era más complicado que éste, y si nos remontamos al Sánscrito Veda (1.500 a.C.) la dificultad es increíblemente superior, ya que, por ejemplo, cada verbo poseía 500 partes (compárese con el ingles, en él que cada verbo solo posee 5 partes). ¿Qué nos viene a decir este hecho?
Pensemos un momento... si la teoría de la evolución fuera verdad, deberíamos esperar que las lenguas antiguas fuesen mas simples que las modernas, ya que -según la teoría- de los simple se evoluciona a lo complejo. Pero esto no es lo que podemos observar, sino más bien todo lo contrario.
Si estudiamos detenidamente las lenguas modernas podemos observar una creciente degeneración de las lenguas primitivas, una simplificación a partir de un idioma complicado.
El eminente filólogo inglés Richard Chevenix Trench, después de estudiar numerosas lenguas nativas en distintas misiones por todo el mundo, dijo que en cada caso se trataba de las ruinas de un pasado mejor y mas noble. A medida que cambian las costumbres en una civilización, ciertas palabras se pierden primero del uso y después de la memoria.
En la India existe el descendiente más directo del Sánscrito, el Hindi, que tiene solamente 400 años de antigüedad y es considerado como el idioma más fácil de aprender de toda la India.
La conclusión es evidente: En los distintos lenguajes a través del tiempo, la dirección es siempre la misma: de lo complicado a lo simple, y nunca al revés.
El segundo hecho en el que podemos fijarnos, es que los lenguajes hablados por pueblos considerados "primitivos" son con frecuencia mas complejos que los hablados por personas civilizadas. Así por ejemplo: los Yagaanos de la Tierra de Fuego, -tribu nómada- poseen 30,000 palabras en su vocabulario, casi como los Zulúes de Sudáfrica.
La lengua Aymará del Perú tiene la posibilidad de expresar casi cada raíz verbal en 100,000 combinaciones distintas.
Algunos lenguajes Bantúes poseen una gramática más compleja que el griego, tienen 20 clases de nombres y cada adjetivo tiene que concordar con el nombre al que modifica.
Los esquimales utilizan 63 formas para el presente y sus nombres simples; tienen 252 desinencias (finales de palabra distintos, ejemplo: mesa, mesita, mesaza, etc.).
Desde luego, esto tampoco encaja con la pretendida evolución del lenguaje a partir de estructuras monosilábicas, pues seria de esperar que los pueblos "primitivos" tuviesen también un lenguaje primitivo y simple. Pero los hechos nos dicen de nuevo que esto no es así.
Otro ultimo dato a tener en cuenta es la existencia en el mundo de cincuenta familias de lenguajes diferentes que no parecen tener ninguna relación entre sí, por ejemplo: la familia Indoeuropa (que comprende a su vez otras 70 lenguas), la Sinotibetana, Semítico-camítica, Dravidiana, Uralaltaica, Japonesa, Malayo-polinesia, Bantú, Austro-asiática y aproximadamente cuarenta más, algunas de las cuales se hablan en grupos pequeños, como el vascuence, de la zona vasco-navarra, que parece no tener ningún "antepasado", ni ningún "descendiente".
Entre todas estas familias no existen evidencias do pertenecer a un tronco común o de tener algún tipo de relación histórica; pero a pesar de ello, los antropólogos admiten la unidad de la raza; entonces ¿por qué son tan distintos nuestros idiomas?
La teoría de la evolución del lenguaje no tiene respuesta a esta pregunta. Pero si descartamos esta teoría, aparece una posible respuesta, que de antigua ya casi habíamos olvidado: la historia de la Torre de Babel de Génesis 11.
EL VERDADERO ORIGEN DEL LENGUAJE
Todos estos hechos que acabamos de comentar -y otros que la brevedad de este artículo no nos permite tratar- constituyen un problema para la teoría de la evolución del lenguaje articulado, pero sin embargo concuerdan perfectamente con el registro bíblico.
La Biblia nos dice que el lenguaje fue un don de Dios dado al primer hombre. Adán no tiene que realizar todo un proceso de aprendizaje, pasando por etapas de balbuceos, gritos o gruñidos, antes de pronunciar la primera palabra correcta, sino que en el mismo acto creador le es infundida una lengua perfecta y compleja.
Inmediatamente, el padre de la humanidad es capaz de comprender órdenes verbales, de hablar con su compañera, de poner nombre a todos los animales -los zoólogos saben bien lo difícil que puede resultar esta labor- y de comunicarse con Dios.
Según el primer versículo del capítulo 11 de Génesis, parece que toda la tierra era de una misma lengua...", pero esto no duró mucho; cien años después del diluvio universal, el Creador efectuó un milagro de juicio.
Los hombres se rebelan contra El, los descendientes de Noé no quieren obedecer el mandato de Dios de "llenar la tierra" (9:1) yDios tiene que actuar. Confusión instantánea y total del primitivo lenguaje, para que no se pudieran entender unos con otros y no tuvieran más remedio que dispersarse.
Este es, según la Biblia, el verdadero origen de las lenguas.
En la misma Torre de Babel Dios disgregó el lenguaje original, que había otorgado a Adán, en los aproximadamente cincuenta lenguajes principales que hoy los lingüistas no consiguen relacionar entre sí, todosigualmente complejos y mutuamente incomprensibles.
Surgen así el japonés, el árabe, el bantú, etc., modos completamente distintos de comunicación verbal. Desde luego, es muy cierto que un español, un inglés, un alemán o un francés que no conociesen las lenguas de sus vecinos, no se podrían entender en absoluto con ellos; pero la evidencia demuestra que probablemente Dios no actuó dividiendo idiomas de una misma familia, en este caso, la Indoeuropea, sino que se centró en la separación, rotunda y radical de las principales familias, que luego, con el tiempo, cada una por separado, originarían el total de las lenguas de la actualidad.
En el transcurso de los siglos, algunas tribus aprenderían a escribir y dejarían así constancia de su lenguaje (griego); otras se perderían en la jungla y no desarrollarían ningún sistema de escritura, pero aún así, la transmisión oral nos permite comprobar que sus lenguas son reliquias de un pasado glorioso.
Esto es lo que dice la Biblia y lo que nosotros creemos.
La oscura incógnita que se cierne en nuestros días sobre el tema de los orígenes de las lenguas, este verdadero enigma que ha hecho abandonar la toalla a numerosos investigadores, se ha producido y se continúa manteniendo como consecuencia del fracaso de arqueólogos, lingüistas y antropólogos, al pretender obstinadamente explicar este origen, en términos evolucionistas.
La gran diversidad de lenguas que existe en la actualidad no es una obra -como muchos creen- del ingenio humano, sino todo lo contrario: de su pecado, la rebeldía del hombre a la voluntad de Dios, algo que, por desgracia, todavía no hemos superado.
Dra. Olivia Judson Publicado por el NY Times el 4 de marzo del 2008.
Coloqué mi pie en la huella. El que la hizo tenía un pie de mi tamaño. Casi exactamente. Di el paso hasta la huella siguiente. Pero tenía piernas más largas o daba zancadas más grandes que las doy usualmente. Me arrodillé para tomar una fotografía. Tres dedos. Como un pájaro zancudo. Pero grande. Y hace mucho tiempo. Lo que fue barro se hizo roca. El animal que dejó esta serie de huellas aquí, en lo que es hoy un pequeño y olvidado parque en una colina en las afueras de Jerusalén, lo hizo en el Cretáceo, hace más de sesenta y cinco millones de años. ¿Quién las hizo? El científico que describió primero estas huellas, en 1962, pensó que pudo ser un Elaphrosaurus, un dinosaurio bípedo, liviano, carnívoro, emparentado con el T.Rex. Otros han sugerido un ave temprana. La incertidumbre no es sorprendente. Diferentes animales producen, a veces, huellas similares. Peor aún, los lugares que preservan huellas no son los mismos que conservan huesos. Zonas planas, barrosas, secándose – el escenario de muchas huellas- son lugares donde los huesos de un animal muerto tienden a ser robados por los carroñeros. Así huellas y huesos fósiles casi nunca se encuentran juntos; consecuencia: la mayoría de quienes producen huellas prehistóricas son conocidos solo por las marcas que dejan. Pero aún cuando las identidades de quienes dejaron esas marcas pueden ser misteriosas, las huellas fósiles nos dan información sobre el pasado –información que no puede ser obtenida sólo por los huesos. Tempranos análisis de huellas fósiles dieron importantes enfoques sobre las posturas y rasgos de los dinosaurios, mostrando que los animales eran más erguidos y menos rastreros que lo que los paleontólogos habían pensado y que llevaban sus colas levantadas en lugar de arrastrarlas como se había supuesto. Las huellas también pueden indicar la rapidez con que se movían: si se conoce el tamaño del pie y el largo del paso, la velocidad puede calcularse con una fórmula simple (ver notas). Se las apliqué a las de Jerusalén y descubrí que el animal, asumiendo que era un dinosaurio, andaba a seis kilómetros por hora –la velocidad de marcha de los ejércitos romanos. No era un galope pero tampoco un paseo. Hasta hace algunos años supuse que los fósiles eran sólo huesos y conchas –vestigios del esqueleto de un animal. Pero toda clases de cosas pueden también ser fósiles. Las huellas son una de ellas. Incluso las heces. Las marcas de pieles y plumas. Hojas y polen. Los anillos de crecimiento de los árboles. Todas ellas abren diferentes ventanas hacia el pasado, juntas pueden ayudarnos construir un retrato más rico que el que podemos imaginar sólo de los esqueletos. El ancho de los anillos de los árboles indica lluvias y por tanto, clima. Las hojas fósiles pueden mostrar daños que causaron antiguos insectos merodeadores; el análisis del tipo de daño puede iluminar la dinámica mayor del ecosistema. Las heces fósiles (coprolitos), revelan dietas extintas; y también atributos de plantas donde hoy faltan plantas fósiles. Por ejemplo, los primeros registros fósiles de los pastos son pobres y la estructura dura de los tronquitos de los pastos ha sido postulada como respuesta a ser comidas por mamíferos que se alimentaban de ellos. Pero las pequeñas partes de pastos hallados en coprolitos del Cretáceo muestran que aquellos habían empezado a diversificarse más temprano de lo que se suponía y que eran de material duro antes que aparecieran los mamíferos. De los varios fenómenos de fósiles que he oído, hay uno que me ha resultado más sorprendente: los genomas. Nunca se me ocurrió que ellos podían dejar marcas físicas directas, algo como una huella genética. Pero si, las dejan. Los genomas están hechos de ADN y cuanto más grande el genoma de un organismo mayor la cantidad de ADN en cada célula. Esto, a su vez, afecta el volumen de las células. Y aún cuando diferentes tipos de células, dentro de un mismo organismo, tienen volúmenes característicos diferentes, todas ellas están afectadas por la cantidad de ADN que contienen. Así, si son comparadas células del mismo tipo dentro de un rango de especies relacionadas, se podrá ver que las diferencias en los tamaños reflejan cuánto ADN hay en ellas. Algunas estimaciones sugieren que casi la mitad de la variación en el volumen de la célula de un tipo dado puede corresponder a las diferencias en el tamaño del genoma). El volumen de algunos tipos de células puede medirse en los esqueletos o en las hojas fósiles. Esto genera un método que permite estimar el tamaño del genoma de organismos extintos hace mucho tiempo. Por ejemplo, el tamaño de los osteocitos –células de los huesos- pueden ser dimensionados de secciones transversales de huesos fósiles.
Con igual proceso en las plantas, pueden dimensionarse las células guardianas en hojas fósiles. (Las células guardianas son las que bordean los poros, estomatas, por los cuales las plantas absorben bióxido de carbono y excretan oxígeno y vapor de agua). El tamaño del genoma es uno de los aspectos más curiosos de la historia natural. Entre los eukariotes –organismos tales como animales, plantas y hongos que retienen su ADN en el núcleo de la célula- las diferencias en el tamaño del genoma pueden ser asombrosas. Así, como ejemplo, la ameba conocida como Amoeba dubia, tiene sólo una célula y sin embargo su genoma tiene el record mundial de longitud. Es casi doscientas veces mayor que el nuestro y más de doscientas mil veces más grande que el de otro organismo unicelular, un parásito de nombre Encephalitozoon cuniculi. La mayoría de las aves tienen genomas muy pequeños. Algunas de las lilas (de la familia de las liliáceas) lo tienen gigantescos. En resumen, no hay relaciones obvias entre el tamaño del genoma y el número de genes que contiene o con la complejidad del organismo al cual corresponde. La razón de esto es que las diferencias en el tamaño del genoma no radican en el número o la dimensión de los genes –los tramos de ADN que contienen las instrucciones para producir proteínas- sino por las variables cantidades de “extras”, lo que no son ADN decodificadores de proteínas, también conocidas como “basura”, (A mí no me gusta el término “basura”, porque sugiere que el ADN es inútil y aún si no contiene instrucciones para la producción de proteínas, puede, sin embargo, tener funciones importantes. Tan es así que porciones que no codifican ADN entre las partes de un gen pueden regular la velocidad de la producción de la proteína). De esta manera, la estructura de un genoma nos dice mucho más que simples hechos sobre su gigantismo. También contiene información sobre el metabolismo y el estilo de vida. Los genomas grandes tardan más en copiarse y muchos procesos metabólicos resultan igualmente lentificados. Por la misma vía los genomas pequeños tienden a ser acompañados por altos metabolismos (animales) o rápidos crecimientos (plantas). Por encima de un tamaño dado del genoma, las plantas están condenadas a un tipo de vida perenne: no pueden crecer lo suficientemente rápido para ser anuales. De igual manera se ha sugerido que los pequeños genomas de los pájaros evolucionan en pareja con su habilidad para volar –el vuelo es una actividad que requiere una alta tasa metabólica. De manera consistente con esta idea, las aves no voladoras tienen genomas de mayor tamaño que las que vuelan y los murciélagos tienen, generalmente, genomas de menor tamaño que los otros mamíferos. Pero ahora parece que los genomas pequeños precedieron al vuelo de los pájaros en más de doscientos millones de años. El análisis de la medida de las células de los huesos muestran que los dinosaurios saurischian – la rama de los dinosaurios de la que descienden las aves- evolucionaron a genomas reducidos (y con probable alto metabolismo) en forma temprana. Estos genomas pequeños pueden haber permitido la evolución del vuelo, pero parece que esto no lo hicieron en respuesta a ello. Una ráfaga de viento hace que las hojas de los pastos vibren e interrumpan mis vagabundeos y me retorna a este lugar, donde pies transitaron eternidades antes que construyéramos Jerusalén. Si comparamos con esas megas trazas ubicadas al oeste de los EEUU, que se extienden por kilómetros y contienen decenas de miles de huellas de todas clases de bestias diferentes, las veinte marcas que se muestran frente a mí son irrisorias. Pero sucede que no había visto marcas así con anterioridad –hasta ahora las únicas que conocía estaban detrás de un vidrio en los museos- y no puedo menos que sentirme conmovida al contemplar estos trazos tangibles de un mundo perdido hace mucho tiempo.
NOTAS: Los trazos fuera de Jerusalén se describen en Avnimelech, M. 1962. Dinosaur tracks in lower Cenomanian of Jersusalem”. Nature 196: 264. Su possible identificación como huellas de aves se analiza en Lockley, M.G., Yang, S.Y., Matsukawa, M., Fleming, F. y Lim, S.K. 1992 “The track record of Meszoic birds: evidence and implications”. Philosophical Transactions of the Royal Society of London B 336: 113-134. Para el enfoque resultante del studios de las huellas de los dinosaurios, ver Farlow,J.O. y Chapman, R.E. 1997. “The scientific study of dinosaurs footprints” en Farlow, J.O. y Brett-Surman, M.K. (editores): “The Complete Dinosaur”, Indiana University press, pgs. 519-553, y en igual libro, Lockley, M.G., “The pelological and paleoenvironmental utility of dinosaur tracks” pgs. 554-578. La formula para medir la velocidad del dinosaurio está dada en Alexander, R. McN., 1976, “Estimates pf speed of dinosaurs”Nature 261: 129-130 Si alguien desea verificar mis cálculos del animal de Jerusalén, los términos son: s: la velocidad en metros por segundo g: la constante gravitacional (9,8 metros/segundos cuadrados) landa: la longitud del paso (1,6 m en este caso) h: altura de la cadera (1.05 m para el caso) Efectuando el cálculo correspondiente, el resultado es de 1,63 m/s equivalente a 6 km/h. Como no llevé una cinta métrica he tomado los datos del libro de Avnimelech, citado al inicio de estas notas. La velocidad de marcha del ejercito romano se ha tomado de Vegetius de “De Re Militaris” traducida por el Tte J.. Clarke en 1767 con el título: “The Military Institutions of the Romans” (http://www.pw.ntnu.no/~madsb/homa/war/vegetius/ disponible en esta dirección). Para un ejemplo del enfoque que puede lograrse con las hojas fósiles, ver Wilf, P., Labandeira, C.C., Johnson, K.R., y Ellis, B. 2006. “Decoupled plant and insect diversity after the end; Cretaceous extinction”. Science 313: 1112-1115. Respecto de los coprolitos y pastos, ver Prasad, V., Strömberg, C.A., AlimoHammadian, H. y Sahni, A. 2005. “Dinosaur coprolites and early evolution of grasses and grazers” Science 310: 1177-1180. Respecto de las estimaciones del tamaño de los genomas fósiles de dinosaurios y pájaros y por el alcance de cuales diferencias en el tamaño del genoma explican las diferencias en el tamaño de las células, ver Organ, C.L., Meade, A., Pagel, M. y Edwards, S.V. 2007. “Origin of avian genome size and structure in non-avian dinosaurs”Nature 446: 180-184. Respecto de las estimaciones de las diferencias en tamaño de los genomas vegetales, véase Masterson, J. 1944. “Stomatal size in fossil plants: evidence of polyploidy in majority of angiosperms” Science 264: 421 – 424. Se ha efectuado hace poco una evaluación del tamaño del genoma y sus efectos y discutiendo también su relación con el volumen de la célula; para esto ver a Gregory, T. R. 2001 “Coincidence, coevolution, or causation? DNA content, cell size, and the C-value enigma” Biological Reviews 76: 65-101. En lo que hace a vegetales con grandes genomasque son forzados a ser perennes, véase a Bennet, M.D. y Leitch, I.J. 2005 “Genome size evolution in plants”. En: Gregory, T.R. (editor) “The Evolution of the Genome”. Elsevier, pgs 89-162. Respecto de la relación, para los pájaros, entre vuelo y tamaño del genoma, ver pg. 203 de Hughes, A.L. 1999 “Adaptive Evolution of Genes and Genomes” Oxford University Press. En cuanto al pequeño tamaño del genoma de los murciélagos, ver Burton, D.W., Bickham, J.W., Genoways, H.H. 1989, “Flow-cytometry analyses of nuclear DNA content in four families of neotropical bats” Evolution 43: 756-765. Debo agradecer a Dan Haydon, Alon Lazarus, Nathan Myhrvold, Dmitri Petrov y Jonathan Swire por sus enfoques, comentarios y sugerencias.
Foto: Recientemente se hallaron restos de niños carbonizados en Ecatepec que fueron sacrificados para el dios de la muerte.
Por MÉXICO/AP, 23 de enero de 2005
Desde hace años, los arqueólogos han tratado de determinar la veracidad de las descripciones históricas de los conquistadores españoles acerca de la práctica de realizar sacrificios humanos por parte de los mayas y los aztecas, que muchos han puesto en duda.
En época reciente, empero, se han descubierto pruebas cada vez más fidedignas de que los españoles no mentían en sus relatos.
Utilizando instrumentos forenses de alta tecnología, los arqueólogos han demostrado que los sacrificios de los indígenas de la región incluían a niños entre sus víctimas y aplicaban una amplia gama de métodos brutales para su ejecución.
Durante décadas, muchos investigadores creyeron que las versiones escritas por los conquistadores en los siglos XVI y XVII eran parcializadas y tenían como objetivo denigrar las culturas indígenas. Otros argumentaron que los sacrificios se limitaban casi exclusivamente a los guerreros capturados, mientras otros admitían que los aztecas eran sanguinarios, pero creían que los mayas no lo eran tanto.
“Ahora tenemos las pruebas concretas necesarias para corroborar lo registrado en textos e imágenes” de la época, dijo el arqueólogo Leonardo López Luján. Agregó que algunos científicos “proindígenas” desmentían la existencia de los sacrificios y afirmaban que “los textos mienten”.
Pero ya no hay muchas dudas acerca de la naturaleza de los sacrificios. Tanto los “códices” indígenas como los textos españoles de la época afirman que los propios aborígenes describieron múltiples formas de sacrificios humanos.
Los sacerdotes extraían el corazón de las víctimas o las decapitaban, las acribillaban con sus flechas, las cortaban, aplastaban, lapidaban, las quemaban vivas o las lanzaban desde lo alto de sus templos.
Se dijo que los niños eran víctimas frecuentes, en parte porque eran considerados puros y en estado natural.
“Mucha gente decía que no se podía creer en esos textos porque los españoles describían todas esas cosas horribles, y ahora resulta que los estamos confirmando”, dijo Carmen Pijoán, antropóloga forense que fue una de las primeras en hallar pruebas de canibalismo en una cultura preazteca.
En diciembre, una excavación en una comunidad azteca de Ecatepec, al norte de la Ciudad de México se hallaron restos de niños carbonizado en todo o en parte, que fueron utilizado como víctimas propiciatorias para el dios de la muerte.
Un códice pintado entre el 1600 y 1650 muestra un grupo de indígenas que comen partes del cuerpo de un ser humano en platos de cocina, bajo la mirada del dios de la muerte.
“Hemos hallado platos de cocina como esos”, dijo el arqueólogo Luis Manuel Gamboa. “Y junto a ellos hemos hallado algunos esqueletos completos y otros huesos humanos incompletos y cortados en segmentos”.
No obstante, los investigadores dijeron desconocer si se trataba de restos de víctimas de canibalismo.
El antropólogo David Stuart, de la Universidad de Harvard, dijo en un artículo que los mayas, cuya civilización precedió en unos 400 años a la azteca, tenían un gusto similar por los sacrificios humanos.
Las culturas prehispánicas de la región consideraban que el mundo se acabaría si no se ofrecían sacrificios humanos a sus dioses. Y las víctimas propiciatorias eran tratadas con frecuencia como verdaderos dioses antes de ser sacrificadas.
“A nosotros hoy día nos resulta muy difícil concebir eso”, dijo Pijoán. “Pero era casi como un honor para ellos”.
Los aztecas sí eran caníbales; hallan en Ecatepec utensilios de cocina al lado de huesos humanos: Discovery Channel
Por María Lourdes Pallais, La Crónica de Hoy, 1 de febrero de 2005
El website de Discovery Channel afirma que los aztecas cocinaban, despellejaban y comían seres humanos, de acuerdo con afirmaciones de arqueólogos mexicanos, incluído el director del Museo del Templo Mayor.
Según el artículo, firmado por Jennifer Viegas, se ha descubierto en Ecatepec un sitio arqueológico al norte de la Ciudad de México con ocho osamentas de niños que fueron supuestamente sacrificados por los aztecas, lo que sería evidencia de que los aztecas eran caníbales, tema tabú para los historiadores mexicanos por muchos años.
El descubrimiento se añade a la colección creciente de pruebas que apoyan el sacrificio humano y el canibalismo entre los fundadores del Imperio mexicano. Por ello se cree que los investigadores podrían, con la ayuda de los nuevos hallazgos, ser capaces de llenar algunas lagunas históricas en el tema, continúa la nota.
La arqueóloga mexicana Nadia Velez Saldaña fue quien los descubrió. En declaraciones recogidas por la nota de Discovery Channel a la Agencia Associated Press, la experta dijo: “El sacrificio involucraba quemar total o parcialmente a las víctimas. Encontramos un hueco donde enterraban los restos de cuatro niños que fueron parcialmente quemados y otros cuatro completamente carbonizados”.
Otro arqueólogo, Luis Manuel Gamboa, descubrió murales que ilustraban partes del cuerpo humano dentro de instrumentos de cocina, rodeados de comensales.
“Hemos encontrado instrumentos de cocinar al lado de esqueletos y de huesos humanos fragmentados e incompletos,” dijo Gamboa.
Basados en los murales, los historiadores opinan que los aztecas llevaron a cabo sacrificios humanos para apaciguar a su Dios de la Muerte. La enfermedad, la guerra, escasez de alimentos y otros problemas significaban que los aztecas se enfrentaban de manera continua a la muerte, explica la nota.
El experto en la cultura azteca Leonardo López Lujan, funcionario del INAH que trabaja en un proyecto del Museo del Templo Mayor, dijo estar de acuerdo con estas conclusiones. De manera reciente, López Luján reveló los resultados de pruebas químicas conducidas sobre el residuo encontrado en los pisos de estuco de algunos templos aztecas. Los restos contienen albúmina y material genético que parece de sangre humana.
“Ahora tenemos pruebas físicas que corroboran el registro escrito y pictórico”, dijo López Luján.
El Museo del Templo Mayor exhibe una colección de cráneos que pertenecieron a individuos cuyos corazones eran extraídos antes de ser decapitados. Después los despellajaban y luego colocaban sus huesos sobre un altar.
Un manuscrito titulado El Códice Ramírez, elaborado por un azteca justo después de la conquista española, menciona que las manos de una víctima fueron presentadas al guerrero que capturó al individuo. Según el códice, el guerrero entonces debía comerse las manos, pero a veces consumía la carne de pavo en su lugar.
Los españoles y los propios aztecas documentaron, en códices, cartas e imágenes, unas cuatro muestras de canibalismo en los siglos XVI y XVII.
El conquistador español Hernán Cortés (1485-1547), que llegó a estas tierras en 1519, escribió en una carta que sus soldados habían capturado a un hombre azteca que había asado a un bebé para comérselo en el desayuno, según la nota.
Los aztecas no fueron los únicos caníbales en el México pre-colonial. El español Bernardino de Sahagún escribió un libro con una ilustración de un guerrero azteca siendo calcinado por una tribu no identificada.
Aproximadamente 400 años antes de que los aztecas fundaran la ciudad de Tenochtitlán en 1325, los mayas también podrían haber conducido sacrificios ritualistas humanos. David Estuardo, un antropólogo de Harvard University, estudió las talladuras y murales mayas para concluir que las imágenes representan sacrificios humanos similares a los atribuidos a los aztecas.
Las pruebas encontradas en México pueden ser dramáticas, pero muchos investigadores creen que el sacrificio humano y el canibalismo fue practicado en todo el mundo, aún entre otra especie de homínido, de acuerdo a la nota.
“Hoy en día, hay pruebas importantes que demuestran la existencia de prácticas caníbales en muchas poblaciones prehistóricas,” comentó Michael Alpers, un académico del Centro de Salud Internacional en la Universidad Curtin de Tecnología en Perth, Australia, que ha estudiado tribus con eslabones heredados del canibalismo.
Alpers añadió que los individuos que condujeron tales sacrificios humanos, a menudo comían a los muertos en señal de respeto. Además existía una razón práctica, pues algunas áreas o regiones el suministro de comida era escaso pues los suelos eran rocosos e infértiles. “Esta era una manera de disponer del cuerpo”.
La leyenda sobre sacrificios humanos y canibalismo en la America prehispana
La opinión común, hoy al día, es que las naciones precolombinas en América practicaron sacrificios humanos y canibalismo. Sin embargo, esta opinión es probablemente no más que una leyenda Europea etnocéntrica y manipulativa.
Durante toda la época de la conquista europea en América, hay solamente un testigo, que dijo haber visto a un grupo de aztecas practicando un ritual de sacrificio humano. Él dice que lo vio desde una distancia de 5 KM y sin telescopio.
Muchos arqueólogos e historiadores de nuestro tiempo insisten en que existían rituales de sacrificios humanos basados en "Evidencias arqueológicas de origen indígena". Estas "evidencias" nunca son escritas, siempre dibujadas. Estos dibujos probablemente son simbólicos o metafóricos.
muestran argumentos firmes que invalidan la posibilidad de que hubieran rituales de sacrificios humanos y canibalismo en las naciones precolombinas en América.
Abajo mencionados algunos argumentos del libro “Moctezuma y el Anahuac”
1.
Después de la batalla que se llamó "La noche triste" los españoles sitiaron la ciudad de Tenochtitlan durante un año, y narran que los aztecas morían de hambre. ¿Si eran canibales, por qué no se comieron a los extranjeros que tenían presos?
2.
El Fraile Bartolomé de las Casas en una de sus cartas que escribe dice: “Ya recorrimos desde Tenochtitlan hasta la tierra de los Mayas y no hemos visto ningún sacrificio humano, cuando preguntamos a la gente sobre los sacrificios, no saben de que estamos hablando.”
3.
¿Podría alguien abrir el tórax de un ser humano con una piedra de pedernal? Actualmente se necesitan sierras eléctricas para realizar operaciones del corazón, el cual esta muy bien protegido por la caja torácica.
4.
Los amoxtlis (códices) están escritos con ideogramas (iconos) en los que existe un lenguaje propio de cada región, así que en los códices se muestran sacerdotes que tienen en su mano una piedra de pedernal que significa "ajusticiamiento", es decir, que se esta haciendo justicia. Ya que para los pueblos aztecas, al igual que con la mentalidad de los Judíos, el ser humano, piensa con el corazón. En la idiomas Nautilos no se dicen "yo pienso que..." sino "Yo siento que....." Es por eso que un icono en donde aparece un sacerdote sacando un corazón, no significa un sacrificio humano, sino que se está pidiendo a la junta de los viejos (tlahtocan) que se haga justicia a favor o en contra de alguien.
5.
Si los sacrificios humanos hubieran existido en las cantidades industriales que narran los españoles, todavía existirían sacrificios en estas fechas, ya que no han pasado muchos años desde la conquista (relativamente)
6.
En una de las cartas de relación que escribe Cortés al rey Carlos V, se dice: Querido, etc., etc., Rey, desde que yo, Hernán Cortés, estoy al frente de la Nueva España ya no existen los sacrificios humanos. ¿De un día para otro podría desaparecer una costumbre, que según los conquistadores, se daba en cantidades enormes en todo el Anahuac?
7.
Cuando los Españoles empezaron la conquista de América, ya tenían la experiencia de África y de los judíos, y hay que recordar que el hecho de decir que los judíos sacrificaban niños y que los africanos eran caníbales, justificó el genocidio, y el robo de esos pueblos.
8.
Hernán Cortés, El origen de esta leyenda, no era una fuente muy fiable. En varias cartas de relación al rey, dice Cortés que en la nueva España había caballos antes de la llegada del hombre europeo. Un hecho que hasta hoy no tiene ningún fundamento arqueológico.
Los Nefilim o Nephilim (en hebreo הנּפלים, nefilim, "derribadores") son, en la Biblia y otros escritos religiosos judíos y cristianos tempranos, un pueblo de gigantes o titanes que se mencionan en el Génesis 6:4 y en el Libro de los Números 13:33.
Como curiosidad destaca que igualmente en algunos grupos de ufólogos, se postula que estos seres estarían relacionados con supuestos extraterrestres, de los cuales se habrían basado estos mitos; debido a que habría existido una hipotética Intervención extraterrestre en la antigüedad.
Descripción
Los Nefilim antes del Diluvio
Nefilim en los textos bíblicos
Los Nefilim son hijos de los "hijos de Dios" (בני האלהים, bnei ha'elohim) y las "hijas del hombre" (bnot ha'adam) (Génesis 6:1-4). Según la traducción, el término nefilim se ha traducido variadamente por "gigantes", "titanes" o aún se ha dejado en el original hebreo.
Para los arameos, el término Nephila se refirió específicamente a la constelación de Orion, y así los Nefilim serían descendientes medio divinos de esta constelación.
Según la Biblia, los Nefilim aparecen como la causa del aumento de la maldad de la humanidad.
Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas,
al ver los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Entonces dijo Yahvé: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque ciertamente él es carne; pero vivirá ciento veinte años».
Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los hombres valientes que desde la antigüedad alcanzaron renombre.
Génesis, 6, 1-4
Nefilim en los textos apócrifos
Igualmente los gigantes son nombrados en otros textos considerados apócrifos, tales como:
Libro de Enoc: (de la biblia etíope); presenta una descripción más detallada sobre los gigantes bíblicos.
El diluvio universal, y como consecuencia la destrucción de toda la humanidad fue provocada por estos seres Libro Enoch capitulo 10:1-9, que no habrían sido creados según los planes de Dios Libro Enoch capitulo 10:15-16 7.cp15 , no tienen capacidad espiritual y por tanto no tienen resurrección. Similarmente se trata según otras versiones, de la descendencia de los ángeles caídos y las hijas de Caín, de donde surgió esta raza con el fin de sabotear los planes de Dios, cruzándose y contaminando la descendencia de Adán. (Ne-phil'-im, significaderribadores). La palabra Refaim se interpreta también como fallecido o muerto.
Baruc: "Allí nacieron los famosos gigantes de los primeros tiempos, de gran estatura y expertos en la guerra. Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y les dio el camino de la ciencia; ellos perecieron por su falta de discernimiento, perecieron por su insensatez". (Baruc 3:26, 3:27 ,3:28)
Libro de la Sabiduría:(un libro Deuterocanónico de la Biblia)"Así también, al comienzo, cuando murieron los orgullosos gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (Arca de Noé) que, conducida por tu mano (Yahvé), dejó al mundo la semilla de una nueva humanidad". (Sabiduría 4:6)
Los Nefilim después del Diluvio
Nefilim en los textos bíblicos
El término además del Génesis, vuelve a utilizarse para designar a una raza de gigantes en:
Números: "Cuando Moisés envió a los espías a la tierra de Canaán, regresaron con la noticia de que allí habitaban gigantes" (Num. 13:33).
Números 13:34 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes: y éramos nosotros, á nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos á ellos. (Reina Valera 1909)
Deuteronomio:" Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y losmoabitas los llaman emitas. Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre". (Deuteronomio 2:10, 2:11, 3:11)
Eclesiástico: "¿Acaso, siendo joven (David), no mató a un gigante y extirpó el oprobio del pueblo, cuando lanzó una piedra con la honda y abatió la arrogancia de Goliat?" (Eclesiástico. 47:4)
Pueblos Nefilim
De acuerdo a la tradición rabínica, los Anakim (anaquitas), Refaim (refaitas), Gibborim, Zamzummim, y Emim (emitas), son de la misma raza Nefilim, y todos son nombres que se traducen por "gigantes".
Refaitas
Se habla de ellos como de una antigua tribu canánea, que vivía en las colinas de Judá y en la llanura filistea (Hebrón, Debir, Anab, Gaza, Gath, Ashdod).
Habitantes originales de Canaán, ocupaban el Líbano y el área del Monte Hermon, se separaron al norte de la costa de Siria y Transjordania donde construyeron una cadena de ciudades fortificadas. Vivían en la región que más tarde ocuparon los moabitas y los amonitas, los primeros les llamaron emitas, y los segundos les llamaban zomzomeos.
En la época patriarcal, el rey Quedorlaomer y sus aliados los subyugaron cuando invadieron Transjordania. En la parte occidental de Palestina, se aliaron y entrecruzaron con losCaftorim, que habían venido desde Creta y se establecieron en las áreas costeras, siendo conocidos como filisteos y fenicios. En el relato bíblico en el que "Israel derrota a Og rey de Basán", se señala que luego de la campaña por diferentes territorios,
Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de 9 codos, y su anchura de 4 codos, según el codo de un hombre.
Deutoronomio 3,11
El filisteo Goliat, habría sido refaíta y medía seis codos y un palmo de estatura (cerca dos metros y medio a tres metros), su hermano fue un gigante que se llamó Lahmi ("de pan" o bien "de Lahmu").
Algunos sugieren que habrían construido muchos de los monumentos megalíticos que se encuentran en Transjordania, especialmente los "dólmenes" en las cumbres de los montes. Estos eran tumbas formadas por grandes losas de piedra con forma de una habitación: cuatro losas formaban las paredes y una el techo. Como no se ha encontrado ni una sola tumba no profanada, y no se han recuperado utensilios ni trozos de cerámica de ellas, no se sabe quiénes las levantaron ni en qué tiempo fueron erigidas esas estructuras .
Anaquitas
El nombre (anak = gigante) se explica en el Midrash con una indicación de que llevaban cadenas al cuello. Anac, era hijo de un Refaíta, probablemente hijo de Arba, y sus hijos fueronSesai, Aiman, y Talmai, cabezas de los clanes arameos. Estos nombres parecen ser arameos, pero su significado no es claro. Los Anakim fueron vencidos por Caleb.
Emitas
Cuando Yahvé da la tierra de Moab, a los hijos de Lot, se dice que esa tierra había sido habitada por los emitas, pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas'
Interpretación según religiones
Visión judía tradicional
El Judio Trifón se opuso a la idea de que los ángeles podían casarse. El rabino Shimon bar Yojai maldijo a todos los Judios que dicen que los "hijos de Dios" eran ángeles. Según la visión judía tradicional, los nefilim antes del diluvio y después del diluvio fueron los hombres. Ésta era la opinión también de Rashi y Najmánides.
Opinión de la Iglesia Ortodoxa Etíope
El Libro de Enoc forma parte del canon de la Iglesia ortodoxa etíope. En el libro, al hacer referencia a los Grigori (los padres de los Nefilim según el Libro de Enoc), los describe como ángeles, y no como descendientes del linaje de Set, aunque hay controversia en este punto. También se ha dicho que, uno de los propósitos de Dios al inundar la Tierra en tiempos deNoé (historia del diluvio universal), fue deshacerse de los Nefilim.
La referencia Bíblica acerca de Noé : "perfecto en sus generaciones" hace referencia al no contenido Nefilim en su linaje (o sea 100% Humano descendiente de Adan) ; de lo cual se infiere que según el texto Genesis, que no habría "hibridacion " Nefilim en Noé y este seria 100% Humano. Los manuscritos de la Septuaginta son problemáticos.
Referente a la Iglesia Ortodoxa Etíope, ella explica que Génesis 6:1 alude a ciertos seres humanos, del linaje de Set (Tercer hijo de Adan y Eva posterior al Caín asesino de Abel y luego de muerto éste, para continuar el linaje Humano hasta Noé), e interpreta el escrito Deuteronomio 14:1 Hijos sois de Yahvé vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto, como un texto que haría referencia a ellos. Según su interpretación, estos hombres habían comenzado a sentir intereses carnales, de modo que tomaron como esposas a las hijas de los hombres, las descendientes de Caín. Esto se señala, sin lugar a dudas en la mayoría de las versiones Ortodoxas de Enoch y los Aniversarios, pero también es el punto de vista presentado por textos no bíblicos más antiguos, especialmente el Segundo Libro de Adán y la Víspera.
Julio Africano y Agustín para apoyarse citan a Mateo e interpretan una frase de Jesús que dice que "los Ángeles no se casan". Las palabras de Jesús son una contradicción exacta del Libro de Enoc que dice que los ángeles de hecho se casó con estas mujeres.
Sin embargo, quienes critican esta última interpretación señalan que el versículo en cuestión está fuera de contexto, porque Jesús menciona que el resucitado no se casa en elcielo, significando que es "como los ángeles". Otros han dado explicaciones figuradas acerca del Nephilim, tal como la idea que ellos fueron los progenitores de hombres poseídos por demonios.
Los Nefilim en la cultura popular
Los Nephilim son mencionados en varios videojuegos de la saga Lara CroftTomb Raider.
La banda de rock japonesa Abingdon Boys School dio a su tercer single el título de Nephilim (2007)
Nephilim es un juego de rol de ocultismo creado por Frederic Weil y Fabrice Lamidey, editado originalmente en Francia por MultiSim y publicado en español por JOC Internacional.
Existe una banda de rock gótico, Fields of the Nephilim, que toma su nombre de estos seres.
Nephilim es una novela del escritor Francisco Fernández García editada por Corona Borealis.
"Nephilin", escrito tal y como suena /nefilim/, aparece como elemento fundamental en las obras "Cazadores de Sombras" de Cassandra Clare.
En el juego de rol Tales of Symphonia el personaje principal Lloyd consigue un arma supuestamente maldita llamada "nephilim"
The Nephilim are beings mentioned twice in the Hebrew Bible; in Genesis 6:4 and Numbers 13:33. Traditions about the Nephilim are also found in a number of other Jewish and / or Christian writings.
Nephilim in the Hebrew Bible
(Translations according to New International Version. Note that translations frequently differ. In the King James Version of the Bible, "Nephilim" is translated as "giants" in the following examples.)
The term "Nephilim" occurs just twice in the Hebrew Bible, both in the Torah. The first is Genesis 6:1-4, immediately before the Noah's ark story:
1. When men began to increase in number on the earth and daughters were born to them,
2. the sons of God saw that the daughters of men were beautiful, and they married any of them they chose.
3. Then the LORD said, "My Spirit will not contend with man forever, for he is mortal; his days will be a hundred and twenty years."
4. The Nephilim were on the earth in those days—and also afterward—when the sons of God went to the daughters of men and had children by them. They were the heroes of old, men of renown.
The second is Numbers 13:32-33, where the Hebrew spies report that they have seen fearsome giants in Canaan:
32. And they spread among the Israelites a bad report about the land they had explored. They said, "The land we explored devours those living in it. All the people we saw there are of great size.
33. We saw the Nephilim there (the descendants of Anak come from the Nephilim). We seemed like grasshoppers in our own eyes, and we looked the same to them."
Etymology
This subject also relates to the etymology and meaning of the phrase sons of God.
"Nephilim" (נְפִילִים) probably derives from the Hebrew root npl (נָפַל), "to fall" which also includes "to cause to fall" and "to kill, to ruin". The Brown-Driver-Briggs Lexicon gives the meaning as "giants" Robert Baker Girdlestone argued the word comes from the Hiphil causative stem. Adam Clarke took it as passive, "fallen", "apostates". Ronald Hendel states that it is a passive form "ones who have fallen", equivalent grammatically to paqid "one who is appointed" (i.e. overseer), asir, "one who is bound", (i.e. prisoner) etc.
Meaning
Arguments based on etymology
A possible connection with fallen-ness may exist in the fallen warriors of Ezekiel 32:27, where a change to the Massoretic Text reading gibborim nophelim (גִּבֹּורִים נֹפְלִים "fallen mighty ones") would produce the reading gibborim nephilim. As the text stands "And they shall not lie with the fallen mighty of the uncircumcised, which are gone down (yaradu יָרְדֽוּ) to the grave with their weapons of war:", but this could become the gibborim nepilim of the uncircumcised. In Genesis 6:4 they are described as "ancient warriors, the men of renown". In Numbers 13:32-33 they are a race of giants native to Canaan. (The idea that there were giants in Canaan when the Israelites arrived is found elsewhere, for example in Amos 2:9, whereYahweh reminds the prophet that he "destroyed the Amorites before you, whose height was as the height of cedar trees"). The two are tied together by Genesis 6:4, "the nephilim were on the earth in those days (before the Flood), and also after," and most later compositions and translations, including the Septuagint, therefore understand the nephilim to be giants.
The nature of the nephilim is complicated by the ambiguity of Genesis 6:4, "the sons of God joined with the daughters of humankind, who bore them children - they were the ancient warriors, the men of renown." Richard Hess in The Anchor Bible Dictionary takes it as read that the nephilim are the offspring, as does P. W. Coxon in Dictionary of deities and demons in the Bible.
Arguments from culture and mythology
It is sometimes claimed that in Aramaic culture, the later term niyphelah refers to the Constellation of Orion, and thus nephilim to the offspring of Orion in mythology. However Brown-Driver-Briggs Lexicon notes this as a "dubious etymology"and "all very precarious", and no evidence is forthcoming that Orion had any offspring, either in Aramaic astronomy or myth.
J. C. Greenfield mentions that "it has been proposed that the tale of the Nephilim, alluded to in Genesis 6 is based on some of the negative aspects of the apkallu tradition". The apkallu (sages) were seven in number, legendary culture-heroes from before the Flood, of human descent, but possessing extraordinary wisdom from the gods, and one of the seven apkallu, Adapa, was therefore called "son of Ea", despite his human origin. The tradition of the Seven Sages became widespread in the 2nd and 1st millennia. However the seven apkallu do not fall, nor have offspring, and are not sons of the fallen.
Genesis 6 - two interpretations
There are effectively two views regarding the identity of the Nephilim, which follow on from alternative views about the identity of the sons of God:
offspring of Seth. The Qumran (Dead sea) scroll fragment 4Q417 (4QInstruction) contains the earliest known reference to the phrase "children of Seth", stating that God has condemned them for their rebellion. (Nonetheless, a few commentators dispute the interpretation of this reference.) Other early references to the offspring of Seth rebelling from God and mingling with the daughters of Cain, are found in rabbi Shimon bar Yochai, Augustine of Hippo, Julius Africanus, and the Letters attributed to St. Clement. It is also the view expressed in the modern canonical AmharicEthiopian Orthodox Bible.
offspring of angels. A number of early sources refer to the "sons of heaven" as "Angels". The earliest such references seem to be in the Dead Sea scrolls, the Greek, and Aramaic Enochic literature, and in certain Ge'ez manuscripts of 1 Enoch (mss A-Q) and Jubilees used by western scholars in modern editions of the Old Testament Pseudepigrapha. However, "Angels" in this context has sometimes been considered to be a sarcastic epithet for the offspring of Seth who rebelled (see above). The earliest statement in a secondary commentary explicitly interpreting this to mean that angelic beings mated with humans, can be traced to the rabbinical Targum Pseudo-Jonathan, and it has since become especially commonplace in modern-day Christian commentaries.
Alternatively, there are those that do not take either view, and hold that they are not historical figures, and are ancient imagery with questionable meaning.
The fallen angels interpretation
The New American Bible commentary draws a parallel to the Epistle of Jude and the statements set forth in Genesis, suggesting that the Epistle refers implicitly to the paternity of Nephilim as heavenly beings who came to earth and had sexual intercourse with women. The footnotes of the Jerusalem Bible suggest that the Biblical author intended the Nephilim to be an "anecdote of a superhuman race". Genesis 6:4 implies that the Nephilim have inhabited the earth in at least two different time periods—in antediluvian times "and afterward." If the Nephilim were supernatural beings themselves, or at least the progeny of supernatural beings, it is possible that the "giants of Canaan" in Book of Numbers 13:33 were the direct descendants of the antediluvian Nephilim, or were fathered by the same supernatural parents.
Some Christian commentators have argued against this view, citing Jesus' statement that angels do not marry. Others believe that Jesus was only referring to angels in heaven.
The story of the Nephilim is chronicled more fully in the Book of Enoch (The Greek, Aramaic, and main Ge'ez manuscripts of 1 Enoch and Jubilees obtained in the 19th century and held in the British Museum and Vatican Library, connect the origin of the Nephilim with the fallen angels, and in particular with the egrḗgoroi (watchers). Samyaza, an angel of high rank, is described as leading a rebel sect of angels in a descent to earth to have sexual intercourse with human females:
And it came to pass when the children of men had multiplied that in those days were born unto them beautiful and comely daughters. And the angels, the children of the heaven, saw and lusted after them, and said to one another: 'Come, let us choose us wives from among the children of men and beget us children.' And Semjaza, who was their leader, said unto them: 'I fear ye will not indeed agree to do this deed, and I alone shall have to pay the penalty of a great sin.' And they all answered him and said: 'Let us all swear an oath, and all bind ourselves by mutual imprecations not to abandon this plan but to do this thing.' Then sware they all together and bound themselves by mutual imprecations upon it. And they were in all two hundred; who descended in the days of Jared on the summit of Mount Hermon, and they called it Mount Hermon, because they had sworn and bound themselves by mutual imprecations upon it...
—
According to these texts, the fallen angels who begat the Nephilim were cast into Tartarus (Greek Enoch 20:2), a place of 'total darkness'. However, Jubilees also states that God granted ten percent of the disembodied spirits of the Nephilim to remain after the flood, as demons, to try to lead the human race astray (through idolatry, the occult, etc.) until the final Judgment.
In addition to Enoch, the Book of Jubilees (7:21–25) also states that ridding the Earth of these Nephilim was one of God's purposes for flooding the Earth in Noah's time. These works describe the Nephilim as being evil giants.
Targum Pseudo-Jonathan identifies the Nephilim as Shemihaza and the angels in the name list from 1 Enoch. b Yoma 67, PRE22 and 1 QapGen ar ii 1 also identify the Nephilim as the angels that fell.
In the New Testament Epistle of Jude 14-15 cites from 1 Enoch 1:9, itself based on Deuteronomy 33:2. To most commentators this confirms that the author of Jude regarded the Enochic interpretations of Genesis 6 as correct, however others have questioned this.
The descendants of Seth and Cain interpretation
Despite the apparent prevalence of Enochic interpretations such as 1 Enoch, Jubilees, Philo, in Second Temple Judaism, and at Qumran (e.g. Ogias the Giant), orthodox Judaism has always taken a consistent line against the idea that Genesis 6 refers to angels or that angels could intermarry with men. Shimon bar Yochai pronounced a curse on anyone teaching this idea. Rashi and Nachmanides followed this. Pseudo-Philo, Biblical Antiquities 3:1-3 may also imply that the "sons of God" were human. Consequently, most Jewish commentaries and translations describe the Nephilim as being from the offspring of "sons of nobles", rather than from "sons of God" or "sons of angels". This is also the rendering suggested in theTargum Onqelos, Symmachus and the Samaritan Targum which read "sons of the rulers", where Targum Neophyti reads "sons of the judges".
Likewise, a long-held view among some Christians is that the "sons of God" who fathered the Nephilim spoken of in the text, were in fact the formerly righteous descendants of Seth who rebelled, while the "daughters of men" were the unrighteous descendants of Cain, and the Nephilim the offspring of their union. This view dates to at least the 3rd century AD, with references throughout the Clementine literature, as well as in Sextus Julius Africanus, Ephrem the Syrian and others (see below, "In other texts"). Holders of this view have looked for support in Jesus' statement that "in the days before the flood they (humans) were marrying and giving in marriage".
Some individuals and groups, including St. Augustine, John Chrysostom, and John Calvin, take the view of Genesis 6:2 that the "Angels" who fathered the Nephilim referred to certain human males from the lineage of Seth, who were called sons of God probably in reference to their being formerly in a covenantal relationship with Yahweh (cf. Deuteronomy 14:1; 32:5); according to these sources, these men had begun to pursue bodily interests, and so took wives of the daughters of men, e.g., those who were descended from Cain or from any people who did not worship God.
This also is the view of the Ethiopian Orthodox Church, supported by their own Ge'ez manuscripts and Amharic translation of the Haile Selassie Bible - where the canonical books of 1 Enoch and Jubilees differ from western academic editions. The "Sons of Seth view" is also the view presented in a few extra-Biblical, yet ancient works, including Clementine literature, the 3rd century Cave of Treasures, and the ca. 6th Century Ge'ez work The Conflict of Adam and Eve with Satan. In these sources, these offspring of Seth were said to have disobeyed God, by breeding with the Cainites and producing wicked children "who were all unlike", thus angering God into bringing about the Deluge, as in the Conflict:
Certain wise men of old wrote concerning them, and say in their [sacred] books, that angels came down from heaven, and mingled with the daughters of Cain, who bare unto them these giants. But these [wise men] err in what they say. God forbid such a thing, that angels who are spirits, should be found committing sin with human beings. Never, that cannot be. And if such a thing were of the nature of angels, or Satans, that fell, they would not leave one woman on earth, undefiled... But many men say, that angels came down from heaven, and joined themselves to women, and had children by them. This cannot be true. But they were children of Seth, who were of the children of Adam, that dwelt on the mountain, high up, while they preserved their virginity, their innocence and their glory like angels; and were then called 'angels of God.' But when they transgressed and mingled with the children of Cain, and begat children, ill-informed men said, that angels had come down from heaven, and mingled with the daughters of men, who bare them giants.
Últimos comentarios