Por las características y los medios con los que hoy cuenta la publicidad, resulta fácil que atraviese las fronteras de lo lícito. Por tal razón es función de gobiernos y de instituciones nacionales y comunitarias su regulación. La ley general de la publicidad, de octubre de 1988, define como publicidad ilícita:
La engañosa o desleal: “la que de cualquier manera, incluida su presentación, induce a error o puede inducir a error a sus destinatarios, pudiendo afectar a su comportamiento económico o perjudicar o ser capaz de `perjudicar a un competidor”.
La subliminal: la que “mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogas, pueda actuar sobre el publico destinatario sin ser conscientemente percibida.”
La que infrinja lo dispuesto en la normativa que regula la publicidad de determinados productos y servicios, por ejemplo, la referida a medicamentos, alimentos, productos nocivos para la salud, etc... El 15 de mayo de 1991 se aprobó en Estrasburgo el Proyecto de Ley Papandreu que pretende la prohibición total de la publicidad del tabaco y en octubre de 1992, entré en vigor l directiva CEE de publicación de publicidad de tabaco en TV.
La que “atente contra la dignidad de las personas o vulnere los valores y derechos reconocidos en la constitución, especialmente en lo que se refiere a la infancia, la juventud y la mujer”.
"La Educación Prohibida", Estreno Mundial 13 de Agosto del 2012
Sitio Web Oficial: http://www.educacionprohibida.com
Se permite y alienta la copia, modificación, adaptación, traducción y exhibición pública de esta película, siempre que no existan fines de lucro y se mantengan estas mismas condiciones. Copyleft 2012. La cultura se protege compartiéndola.
Sinopsis: La escuela ha cumplido ya más de 200 años de existencia y es aun considerada la principal forma de acceso a la educación. Hoy en día, la escuela y la educación son conceptos ampliamente discutidos en foros académicos, políticas públicas, instituciones educativas, medios de comunicación y espacios de la sociedad civil.Desde su origen, la institución escolar ha estado caracterizada por estructuras y prácticas que hoy se consideran mayormente obsoletas y anacrónicas. Decimos que no acompañan las necesidades del Siglo XXI. Su principal falencia se encuentra en un diseño que no considera la naturaleza del aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo.
A partir de estas reflexiones críticas han surgido, a lo largo de los años, propuestas y prácticas que pensaron y piensan la educación de una forma diferente. "La Educación Prohibida" es una película documental que propone recuperar muchas de ellas, explorar sus ideas y visibilizar aquellas experiencias que se han atrevido a cambiar las estructuras del modelo educativo de la escuela tradicional.
Más de 90 entrevistas a educadores, académicos, profesionales, autores, madres y padres; un recorrido por 8 países de Iberoamérica pasando por 45 experiencias educativas no convencionales; más de 25.000 seguidores en las redes sociales antes de su estreno y un total de 704 coproductores que participaron en su financiación colectiva, convirtieron a "La Educación Prohibida" en un fenómeno único. Un proyecto totalmente independiente de una magnitud inédita, que da cuenta de la necesidad latente del crecimiento y surgimiento de nuevas formas de educación.
Si quieres que la peli esté en tu idioma podes ayudarnos a través de nuestra plataforma de traducción colaborativa, escribenos un mail a: [email protected]
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El siguiente artículo fué escrito por German Doin, director de la película La Educación Prohibida, en su blog personal www.liberandolaeducacion.com
Durante los últimos 3 meses he escuchado y leído muchos comentarios, críticas y reflexiones sobre la película “La Educación Prohibida”, liberada públicamente en Internet en Agosto de 2012.
Como director y realizador integral de la película, me interesa clarificar mi visión al respecto. La naturaleza de este artículo no se limita solamente a responder estas críticas, sino también continuar complejizando el discurso de la película, discurso que es un abordaje simplificado pensado para el lenguaje audiovisual. Actualmente en los debates y charlas de los que participamos se tratan muchos temas que la película dejó pendiente, de esas conversaciones surjen reflexiones muy enriquecedoras. Por mi parte, me gustaría continuar reuniéndome con personas que tengan miradas diferentes y soy el primer interesado en poner en jaque los planteos de la película. En donde se quiera conversar abiertamente, allí estaremos siempre que nos sea posible.
Yo considero que en el guión de la película se evidencia claramente una postura, pero eso no quita que hayan diferentes lecturas posteriores. Están quienes la recibieron como una defensa a la educación privada, neoliberal y sin intervención del Estado; y están aquellos que vieron en ella una visión anárquica de la educación. A algunos les pareció un ataque directo a la escuela pública, y a otros les resultó demasiado central la presencia de la escuela, criticando que se ha invisibilizado la discusión de la desescolarización.
¿Qué NO ES “La Educación Prohibida”?
-No es una crítica de niños ricos y tristes. Es importante destacar que como comunicador, soy un sujeto atravesado por una experiencia personal, por mi pertenencia de clase y por lo tanto mi visión siempre será limitada. En mi historia se encuentran las razones para llevar adelante esta película. Desde mi paso por la escuela, una escuela privada de clase media, he visto como amigos y compañeros crecieron aprendiendo determinadas formas de relación social capitalistas, aprendiendo la mejor manera de vender su fuerza de trabajo o explotar la de otros, solamente para ingresar al sistema de consumo, aprendiendo a sostener prácticas culturales naturalizadas y a mirar a un lado ante injusticias sociales. Estas y otras observaciones me han llevado a pensar que es necesario otro paradigma educativo que no reproduzca las lógicas del sistema imperante, que no enseñe a los pobres a seguir siendo oprimidos, ni a los ricos a seguir siendo opresores, que no enseñe que la única relación con el medio ambiente es de consumo desmedido, o que la única forma de sobrevivir en la sociedad es mediante la competencia, la violencia y la represión de los que nos hace sensibles y humanos.
-No es una burla a la docencia. Si bien la película pone en evidencia algunas costumbres anacrónicas y dañinas que siguen ocurriendo en muchas escuelas, también invita a reflexionar sobre las prácticas docentes desde un punto de vista humano y sensible, para así ayudar a transformarlas. La película reconoce y rescata el valor original de los educadores como acompañantes de los procesos de desarrollo y aprendizaje de un otro, educadores que hoy podemos encontrar tanto dentro como fuera de la escuela convencional, quienes a su vez, han sido aquellos maestros que hoy recordamos y nos ayudaron a llegar hasta aquí.
-No es una propaganda o publicidad de escuelas privadas. Por un lado la financiación ha sido colectiva y no proviene de instituciones educativas privadas, los realizadores no tenemos vínculos con ninguna de estas experiencias que relata la película, de las cuales una gran parte son de gestión pública, estatal, cooperativa o comunal. De las escuelas privadas, solo algunas pocas tienen fines de lucro (en general son asociaciones civiles de padres, maestros o dependen de fundaciones). En la película no es posible discriminar las escuelas públicas de las privadas, justamente para evitar prejuicios, y muchos han asumido que todas son experiencias privadas. Vale destacar que en un comienzo de la investigación la propiedad o tipo de gestión no era un criterio importante para nosotros, hoy es vital para nosotros ya que el tipo de gestión afecta directamente las relaciones de poder en las experiencias. Para más información, aquí el listado de experiencias visitadas.
-No es un ataque a la escuela pública. La película si hace una crítica a la escuela hegemónica occidental, aquella que mantiene las estructuras jerárquicas e industriales que se critican en la película, sean públicas o privadas. La Educación Prohibida es una película pensada para toda Iberoamérica, por lo que el imaginario de “escuela” es lo que se quizo retratar. No en todos los países las escuelas públicas son iguales. En todo caso, “La Educación Prohibida” plantea una búsqueda de una educación pública y gratuita, pero a su vez libre de las directivas del Mercado o del Estado, una educación hecha por y para la comunidad.
-No es un intento anarquista de destruir las instituciones. Aunque si es un intento de democratizarlas por medio de la liberación y empoderamiento de sus actores. Explícitamente la película entiende que son los sujetos, incluyendo niños, maestros, familias y miembros de la comunidad, los que deben re-apropiarse de su educación, autodeterminando los fines y medios pedagógicos. Desde este punto de vista la película intenta apoyar tanto las escuelas públicas de gestión comunal, los bachilleratos populares, como las escuelas cooperativas, pasando por todas aquellas experiencias empoderadoras como algunos ejemplos de educación sin escuela o educación en casa.
-No es un re-descubrimiento snob de las pedagogías emancipadoras y progresistas. La película se propone visibilizar experiencias e ideas que existen hace años, en algunos casos datan de principios del siglo XX. Lo que nos interesó fue socializar la discusión de esas prácticas pedagógicas emancipadoras. Hace tiempo se las discute y estudia en espacios académicos y ciertos centros de formación docente, la película intenta democratizar esa discusión y divulgar esas ideas, lograr que el debate sea abierto, plural y así, socialmente transformador.
-No es un método o manifiesto pedagógico. Si bien se analizan una gran cantidad de conceptos, “La Educación Prohibida” no busca describir una práctica determinada o siquiera plantear una serie de principios inamovibles. Hay ciertas ideas comunes que nos resultan vitales a la hora de llevar adelante una experiencia educativa, pero dependen directamente del lugar, la cultura, las necesidades de cada comunidad y familia. “La Educación Prohibida” está ahí para generar discusión sobre estas ideas.
-No es una investigación carente de fundamentos. Coincido en que la película no es una investigación formal, y menos académica, pero si es una investigación periodística independiente. Entre otros recursos utiliza la entrevista cualitativa como herramienta de recolección de datos, la cual es totalmente válida en las ciencias sociales. Todo lo que se dice en la película tiene un origen bibliográfico y son ideas de diversas investigaciones y publicaciones, algunas actuales, otras pasadas de moda, pero todas ellas vigentes. En la película se trabaja material de pedagogos, sociólogos, educadores, semiólogos, filósofos. Algunos nombres son: Erich Fromm, Michael Focault, Ivan Illich, Jean Piaget, Paulo Freire, María Montessori, Ken Robinson, John Taylor Gatto, Jiddu Krishnamurti, Alexander S. Neill, Rebecca Wild, Lev Vigostky, Humberto Maturana, Howard Gardner, entre otros. (Es cierto que por el momento faltan las citas bibliográficas, estamos trabajando en ello.)
-No es un producto audiovisual. No vemos a “La Educación Prohibida” como un producto de consumo, no es una película convencional que nos puede gustar o no. Ya desde su distribución libre y gratuita con la licencia Copyleft, la película se encuentra fuera de las lógicas industriales del cine. “La Educación Prohibida” es una herramienta, un dispositivo de transformación social en un envase audiovisual. Nos interesa que la comunidad, niños, docentes, familias, organizaciones se apropien de la película y la utilicen como recurso para fomentar discusiones y debates. Nos interesa entenderla como un proyecto inacabado, que sirve de poco sin un proceso de apropiación social y complejización de sus temáticas. “La Educación Prohibida” está ahí para llamar la atención sobre aspectos relegados y ser un disparador para la verdadera tranformación que solo puede ser hecha entre todos.
-No es la última palabra. La película está incompleta, es solamente el resumen de un aprendizaje que continúa y que no debe ser único. A pocos meses de su estreno, seguimos aprendiendo y complejizando su discurso. Hoy me interesa encontrar junto con otros más elementos transformadores para encontrar una educación que ayude al desarrollo de los individuos a su vez que construye sentido de comunidad y democracia, respetando las necesidades e intereses de todos sus actores y del entorno que los rodea. Muchas de las experiencias y propuestas que se ven en el film están en procesos de renovación también. Me interesa pensar formas para seguir transformando las prácticas de estas y otras experiencias, buscar maneras de llevar la esencia de estas propuestas a las escuelas convencionales (sean públicas o privadas), y así ayudar en el empoderamiento de todos los niños, niñas, docentes, familias y comunidades.
Creo que aquellas personas que reciben con buenos ojos la película son quienes la leen críticamente, interpretan nuestras verdaderas intenciones y llevan la reflexión a un nivel más profundo. La película ha servido como catalizador para muchas personas que hace tiempo reflexionan críticamente sobre la escuela, y no creo que sea utilizada como razón para desescolarizar a los hijos sin un análisis crítico o cambiarlos de la escuela pública a la privada de la noche a la mañana. Si el verdadero sentido de la película llega al espectador, tendremos más padres, docentes y jóvenes comprometidos con una construcción más colectiva, democrática y emancipadora de la educación.
Joseph Heath y Andrew Potter Rebelarse vende: el negocio de la contracultura
Rebelarse vende: el negocio de la contracultura (Nation of Rebels: Why Counterculture Became Consumer Culture en la edición estadounidense) es un popular ensayo escrito por los autores canadienses Joseph Heath y Andrew Potter en 2004. La reivindicación central del libro es que los movimientos contraculturales han fracasado en sus deseos de transformar la realidad, y que todos ellos comparten un error fatal en la manera en que entendemos la sociedad, por lo que la contracultura no es una amenaza para "el sistema" sino que lentamente se ha convertido en otro producto que éste ofrece en el mercado de consumo capitalista.
Este error sería esencialmente identificar que los males de la sociedad se hallan solamente en el "conformismo" y no en la injusticia. Por ello los autores enfatizan la necesidad de preocuparse más por la justicia social de modo concreto y menos por la simple agitación cultural contra las normas tradicionales establecidas. El libro toma el tema de la contracultura y su "anticonformismo" como un mito que de alguna forma domina el pensamiento político, económico y cultural en el que se basan tanto el movimiento antiglobalización como el feminismo y el ecologismo, así como otras corrientes de pensamiento que se proclaman a sí mismas como "progresistas" sin serlo en verdad.
Potter y Heath ven muchas perspectivas culturales que suelen ser contraproducentes a los fines que suelen proclamar, como los activistas ecológicos, los jammers, matones, skaters, y la lucha contra el consumismo y señalan las similitudes entre ellos. Todos esos movimientos suelen percibir el resto del mundo (al mainstream) como oprimidos o conformistas en relación a una mayor fuerza social; la sociedad y las normas (formales y de otro tipo) se consideran represivas de la naturaleza humana por esta razón.
Estos paralelismos conducen a Potter y Heath, a la conclusión de que los movimientos contraculturales no son tan "únicos" como aparentan. Hippies y yuppies, según reclaman Potter y Heath, tienen el mismo origen; y de hecho hay menos ironía de la que muchos creen en la transición tantas veces señalada de muchos hippies de la década de 1960 a un estilo de vida yuppie, debido a que ambos estilos de vida son similares en sus valores básicos, aunque expresados de distintas maneras: una se considera alternativa, mientras la otra se considera incorporada.
"El sistema", según los autores, no es algo que tiene por objeto la conformidad, sino más bien al contrario, busca la individualidad y la competencia entre las personas, lo cual se consigue mediante la distinción mutua; ese objetivo resulta lógico porque la diferenciación entre los individuos genera que éstos demanden en el mercado capitalista nuevos productos que los diferencien de otros individuos (estimulando la expansión de dicho mercado).
Para apoyar esta afirmación, Potter y Heath señalan a productos como las películas American Beauty, Fight Club, The Matrix, o las campañas de Adbusters, todos los cuales son supuestamente creaciones contraculturales pero que en verdad llegaron a constituirse tras breve tiempo en referentes muy populares de la "cultura tradicional". El "sistema capitalista" no estaría tratando entonces de acabar con la individualidad, sino que por el contrario impulsa a la individualidad como una fuerza de distinción social, pues este afán de distinción es un elemento que hace crecer el mercado capitalista.
Las personas están en constante búsqueda para etiquetarse como "out" unos a otros, y ante tal panorama la "contracultura" ha devenido en una simple herramienta de diferenciación entre individuos al igual que otras muchas que han existido dentro del sistema capitalista. De esta manera las ropas y las costumbres (como el uso de tatuajes o de jerga) que antes pertenecían sólo a una contracultura marginal se han transformado lentamente en una moda y quedaron integradas plenamente en el modelo de consumo capitalista, adhiriéndose al mainstream.
Dado que la conformidad con las normas no es un elemento perpetuado por los principales medios de comunicación, Potter y Heath identifican otras fuentes de conformidad mediante el trabajo de Thomas Hobbes y Sigmund Freud. Describen la conformidad con frecuencia como el simple subproducto de las preferencias del mercado en un momento determinado (como las modas pasajeras en el vestido, en la música, o en la comida) o, alternativamente, como un intento de resolver un problema de acción colectiva. Por ejemplo, los uniformes escolares en verdad frenan una moda, evitando la competencia creada entre los estudiantes por ser los "mejor vestidos" cuando no se imponen restricciones. Así, los estudiantes desecharían el uniforme pero luego competirían tenazmente entre sí para identificarse usando ropas de moda "contracultural", por ello esos uniformes escolares no serían un arma para acabar con el individualismo como a menudo es retratado en la cultura popular.
De acuerdo con Potter y Heath, esto hace que la contracultura se encuentre con la excepcional resistencia del sistema capitalista: no porque la "cultura tradicional" haya generado un lavado de cerebro y convierta al individuo en fiel seguidor de las costumbres sociales, sino porque esas costumbres sociales proporcionan al individuo una red de seguridad que nos protege de una necesidad constante de volver a calcular la importancia de nuestro entorno.
Por ejemplo, indican los autores que gracias a las normas de tráfico, un peatón puede estar en condiciones de seguridad sobre una acera, sin necesidad de revaluar a cada momento si al paso de un autobús los vehículos pueden permanecer en su carril, o si se podría golpear con un auto al atravesar el cruce peatonal. De este modo, las normas no son inherentemente opresivas sino que cumplen un rol de dar seguridad mental al individuo: el hecho de no entender esto es un error en que según Heath y Potter caen todos los movimientos contraculturales.
En el caso del consumismo, el libro explica que este fenómeno obtiene su poder en gran medida debido a la competitividad impuesta por el consumo, el cual se muestra como un esfuerzo de los individuos para diferenciarse entre sí, y por ello la "rebelión" es un excelente camino para lograr esa distinción. Dado que la mayoría de los productos comerciales sostienen su valor económico en una imagen de "exclusividad", (sobre todo los productos que dicen rechazar "lo tradicional") se creará una inevitable competencia entre los individuos cuando todos empiecen a seguir en simultáneo la misma tendencia que es precibida como "diferente". Gracias a esto el elemento "excepcional" que pertenece a la contracultura se va transformando en un elemento "principal" y lentamente se incopora a la cultura tradicional, perdiendo rápidamente toda su esencia contracultural.
Debido a este fenómeno causado por el consumismo, no es de extrañar entonces, que la imagen de "rebeldía" o de "falta de conformidad" ha sido durante mucho tiempo una mera publicidad para la venta de muchos productos puramente comerciales, especialmente los que empiezan a proclamarse como "alternativos". Lejos de ser "subversivo", el consumismo capitalista fomenta la compra de dichos productos contraculturales (como las líneas de ropa o de zapatillas deportivas) y esto no hace más que convertir a tales productos en «incorporados al sistema» en un momento u otro. Esta tendencia es muy fácil de observar en la música, por ejemplo, donde un movimiento contracultural en Estados Unidos que dio origen al rap o al hip hop se ha transformado en pocos años en un producto de consumo masivo e integrado al mainstream, incorporado plenamente al sistema capitalista.
Fundamentalmente, explican Heath y Potter, la mayoría de los problemas de la sociedad (y sus reglas) tienen su origen en problemas de acción colectiva, no en los rasgos inherentes a las culturas ya que la mayoría de los cultural jammers, tienen un punto de vista errado que les lleva a tratar de perturbar el orden social existente con muy pocos resultados prácticos. También permite a las personas reivindiquen incorrectamente que hay un "elemento político" en sus simples preferencias de moda o estilo de vida que carecen de verdadera importancia política, o acepten glorificar la simple delincuencia común como si ésta fuese una forma de disidencia más trascendente dejando de lado analizar las consecuencias del problema delictivo y sus causas.
El libro argumenta que hay algunas soluciones a estos problemas de acción colectiva. Rebelarse vende recomienda una simple solución legislativa a problemas como el consumismo, por ejemplo, a través de la eliminación de las deducciones fiscales para la publicidad. La noción de que de las soluciones de arriba hacia abajo son mucho más eficaces que el "piensa globalmente actúa localmente" del movimiento popular de la década de 1960 es un tema recurrente en el libro. Los autores también señalan, sin embargo, que hay una fuerte tendencia de la contracultura a rechazar soluciones institucionales, y este es un error que la limita en sus perspectivas de lograr verdadera eficacia social.
En su revisión del libro, Derrick O'Keefe reclama que el libro no aboga por "un planteamiento más coherente y eficaz de la izquierda política," sino por una "estridente defensa de los mercados y el capitalismo." Acusa a los autores de utilizar argumentos basados en la mala interpretación, y tergiversar algunas de las personas que critican (en particular, los acusa de simplificar al extremo el libro No Logo de Naomi Klein y tergiversar el concepto de hegemonía cultural de Antonio Gramsci).
O'Keefe también acusa al libro de ser racista, ya que afirma que la participación de la población negra de Detroit en los disturbios de la Calle 12, fue la causa de los problemas subsecuentes del barrio, omitiendo las numerosas condiciones profundas que originaron los disturbios. También acusa al libro de "agrupar al preso político Mumia Abu-Jamal con los gustos de Lorena Bobbitt y los pistoleros de Columbine". O'Keefe sostiene que la defensa hecha por los autores del rapero blanco Eminem (al tiempo que critican el hip-hop negro contemporáneo), muestra su ignorancia del tema y hace caso omiso de la conciencia política que tienen algunos artistas de hip-hop negros.
Una revisión del libro en The Guardian asegura que "el argumento que hace es importante y original", pero dice que "en algunos lugares también es injusto, a la luz de pruebas y repetitiva de polémica." Se afirma también que el libro "se basa demasiado en la mala interpretación de argumentos", y considera que, si bien los autores son pro-bienestar y la lucha contra el negocio sin trabas, su "aversión de la fijación capitalista con la cultura juvenil ... se compara a un gran disgusto hacia la cultura juvenil propia" y que "puede sonar tan nostálgico como cualquier columnista de un periódico conservador del mundo antes de los años 60". Además, el estudio afirma que los autores se centran demasiado en América del Norte, haciendo caso omiso de las "más paternalista y menos obsesionada moda" del capitalismo y la disidencia no mercantilizada en otras partes del mundo.
Una revisión del libro de The Onion AV Club afirma que la "prosa ... traiciona un profundo conservadurismo social", y que los autores "frustrantemente tratan los conceptos de reforma gradual y una total revolución en la conciencia humana como un bien o una proposición ". También afirma que las buenas ideas del libro fueron "prestadas en su mayoría de Thomas Frank y de David Brooks, autor de Bobos en el paraíso", pero el libro no tiene la misma calidad debido al "indeseable combo de razonamiento defectuoso y argumentos débiles".
La fracturación hidráulica o fractura hidráulica (comúnmente conocida en inglés como hydraulic fracturing o fracking es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. El procedimiento consiste en la inyección a presión de algún material en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, y favoreciendo así su salida hacia el exterior. Habitualmente el material inyectado es agua con arena y productos químicos, aunque ocasionalmente se pueden emplear espumas o gases.
Se estima que en 2011 esta técnica estaba presente en aproximadamente el 60% de los pozos de extracción en uso. Debido al aumento del precio de los combustibles fósiles, que ha hecho económicamente rentables estos métodos, se está propagando su empleo en los últimos años, especialmente en los EE. UU.
Existe una gran alarma sobre el peligro medioambiental derivado de esta técnica, pues además de un enorme consumo de agua, es habitual que junto con la arena se incluyan multitud de compuestos químicos, cuya finalidad es favorecer la fisuración o incluso la disolución de la roca, y que podrían contaminar tanto el terreno como los acuíferos subterráneos.
Las inyecciones en el subsuelo para favorecer la extracción de petróleo se remontan hasta 1860, en la costa este norteamericana, empleando por aquel entonces nitroglicerina. En 1930 se empezaron a utilizar ácidos en lugar de materiales explosivos, pero es en 1947 cuando se estudia por primera vez la posibilidad de utilizar agua. Este método empezó a aplicarse industrialmente en 1949 por la empresa Stanolind Oil. Junto con el agua se incluye una cierta cantidad de arena para evitar que las fracturas se cierren al detenerse el bombeo, y también se añade en torno a un 1% de aditivos, compuestos por hasta 500 productos químicos, cuya función es potenciar la efectividad de la fractura. Sin embargo no es hasta el año 2002 cuando se combina el uso de agua tratada con aditivos que reducen la fricción con la perforación horizontal y la fractura en múltiples etapas.
En Estados Unidos se estima que la generalización de este método ha aumentado las reservas probadas de gas cerca de un 40% en cuatro años.
Hasta 2010, se calcula que se han realizado 2,5 millones de fracturas hidráulicas en todo el mundo.
En Europa no existe una regulación específica sobre la técnica del fracking. Un informe del Parlamento Europeo recomienda su regulación y que se hagan públicos los componentes que se emplean en los pozos de perforación. El Parlamento búlgaro prohibió su uso en 2012. El gobierno de Cantabria aprobó la Ley en la que se regula la prohibición de la técnica fracking.
En España, el Ministerio de industria y comunidades autónomas como el País Vasco o Castilla y León están concediendo permisos de investigación, pese a la disconformidad de diversas organizaciones.
Las principales repercusiones posibles son la emisión a la atmósfera de contaminantes, la contaminación de aguas subterráneas debido a los flujos incontrolados de gas o fluidos causados por erupciones o derrames, la fuga de fluidos de fracturación y el vertido incontrolado de aguas residuales. Los fluidos de fracturación contienen sustancias peligrosas y su reflujo contiene además metales pesados y materiales radiactivos procedentes del depósito.
Las experiencias obtenidas en los Estados Unidos muestran que se producen numerosos accidentes que pueden dañar el medio ambiente y la salud humana. Entre un 1 y un 2 % de los permisos de perforación violan las obligaciones legales. Muchos de estos accidentes se deben a una manipulación incorrecta del equipo o a fugas de este. Por otra parte, cerca de los pozos de gas se ha registrado contaminación de aguas subterráneas con metano, que en casos extremos pueden provocar la explosión de edificios residenciales, así como con cloruro de potasio, que provoca la salinización del agua potable.
Otra repercusión inevitable de la extracción de gas de esquisto es un alto índice de ocupación de tierra debido a las plataformas de perforación, las zonas de aparcamiento y maniobra para camiones, equipos, instalaciones de procesamiento y transporte de gas, así como las carreteras de acceso.
Un informe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EEUU asocia el fracking con la contaminación de las aguas en el estado de Wyoming.
Un informe emitido en junio de 2011 por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, concluye que con la fracturación hidráulica se produce una «emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas debido a caudales de fluidos o gases provocados por escapes o vertidos, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales, así como la utilización de más de 600 productos químicos para liberar el gas natural».
A este respecto, en 2009 la NGSA (Asociación Norteamericana de Suministradores de Gas Natural) afirmaba que no se había confirmado ningún caso de contaminación de acuíferos. Existe un estudio académico del "UT Austin’s Energy Institute" del Dr. Charles Groat profesor en la Universidad de Texas, aunque posteriormente cuestionado (finales del año 2012) por "conflictos de interés" al revelarse que el profesor trabajaba para una empresa de perforación (Plains Exploration and Production Company) al momento de la realización y publicación del estudio , incluso renunció a su puesto en la universidad.
“Mi hija no hizo nada malo”, dijo. “Se enamoró de un musulmán y en eso no hay nada malo. No pude protegerla por todas las amenazas que me llegaron, hasta de mi propio hermano, de la tribu entera. Insistieron en que nos iban a matar a todos, no sólo a Du’a, si no la ajusticiaban. La mutilaron y se deshicieron de su cuerpo como si fuera basura”.
“Quiero que los que cometieron aquel acto sean castigados, pero hasta el momento no ha sido así y siguen en libertad. La muerte por honor es un asesinato. Es un acto de barbarie”.
Aceptados por la sociedad de un gran número de países orientales, los "crímenes de honor" son un problema al cual el gobierno solamente puede responder con cárcel para los victimarios. En Jordania, donde se producen un promedio de 28 asesinatos de este tipo al año, las leyes sobre "crímenes de honor" establecen que; "el que descubre a su esposa o a una de sus familiares cometiendo adulterio y la mata o hiere, queda exento de toda pena".
Bajo la acusación de haber "deshonrado a su familia" miles de mujeres son asesinadas cada año. En el año 2002 murieron más de 1.500 mujeres por culpa de estos crímenes. Se llama "crimen de honor" al asesinato de una mujer por mano de su padre, hermano o esposo, por Haber tenido prácticas sexuales antes del matrimonio o fuera de él, o porque se sospeche que lo ha hecho. La práctica está concentrada en países como Arabia Saudita, Turquía, Egipto, India, Bangladesh, Pakistán y Jordania.
En Jordania, expedientes policiales indican que, en promedio, mueren 28 mujeres al año a causa de los "crímenes de honor". En Pakistán en 1999 se estima que cerca de mil mujeres murieron por esta causa. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Brasil el 3% de los crímenes que se cometen contra mujeres, están relacionados con "crímenes de honor", algo que también sucede en Ecuador.
En estas sociedades, la conducta de la mujer se percibe como una medida del honor de su familia o tribu. Esto separa a las mujeres de su naturaleza humana, de tal manera que no son consideradas seres humanos capaces de cometer errores. La conducta de la mujer siempre está bajo vigilancia y sospecha por parte de su familia y si se estima inaceptable, puede resultar en la pérdida de su vida.
En los últimos 10 años los expedientes policiales han mostrado que se asesina a 28 mujeres al año en Jordania, bajo la forma conocida como "crímenes de honor". Los "crímenes de honor" tienen como víctimas, en un 70%, a mujeres de entre 15 y 27 años. Este tipo de crímenes es uno de los más frecuentes de los que se cometen contra mujeres; sin embargo, algunos destacados abogados jordanos sostienen que el número de víctimas es sensiblemente mayor.
Se mata normalmente a las mujeres porque sus familias sospechan que han incurrido en conductas inmorales y al haber deshonrado a sus familias deben morir. Desde el punto de vista social, los asesinos que normalmente son padres, hermanos o esposos de las víctimas reciben trato de héroes y son alabados porque han limpiado el honor de la familia, mientras que las víctimas son enterradas en silencio.
Estos crímenes son cometidos sólo contra mujeres. Los asesinos no son juzgados de manera imparcial y en la mayoría de los casos tienen una condena reducida. Por otro lado, las familias se aprovechan de la ley, asignando la responsabilidad del asesinato a un miembro de la familia menor de 18 años, quien, pasará algún tiempo en un centro juvenil y será liberado libre de antecedentes.
La sociedad abusa de la religión islámica y sostiene que esos asesinatos son parte de las creencias religiosas, cuando en realidad la religión no fomenta actos de esa naturaleza. Además, con frecuencia la sociedad, que percibe a las mujeres como amas de casa cuyo trabajo es criar a los niños, cocinar y limpiar la casa, las culpa por cualquier error.
La BUKO Pharma-Kampagne desde 1981 se pone en contra de las prácticas de ventas sucias
y sin ética de las firmas alemanas en el Tercer Mundo. Esta organización destapa casos en los
cuales medicamentos alemanes son vendidos en el Tercer Mundo, a pesar de que en Alemania
no se encuentran mas a la venta o tienen un uso extremadamente delimitado (muchos de los
efectos colaterales de los mismos no se mencionan o se captan clientes en forma enganosa).
Esta campana informa al público y ejercita presión a la industria farmaceútica. La campana
lucha para que se utilicen los medicamentos que realmente son necesarios y también para un
uso racional de los mismos. También se esfuerza en lograr un cambio de conciencia en los
consumidores en Alemania, ya que también en nuestro pais es necesrio un uso sensato y
crítico en lo que se refiere al trato con medicamentos.
La Pharma-Kampagne es parte de la “Coordinación Internacionalista Federal” (BUKO) y
miembro de Acción International para la Salud (AIS) e International Society of Drug Bulletins
(ISDB).
Muchas de las prácticas comerciales de firmas alemanas dañan innecesariamente la vida y la
salud de las personas en el Tercer Mundo. Este rubro pone a disposición en los mercados del
sur algunos medicamentos que en las farmacias alemanas desde hace muchísimo tiempo han
sido retirados de la venta.
Tampoco toma muy en serio las informaciones sobre los
medicamentos. En los compendios de medicamentos y textos de consulta para médicos los
productores no hacen las observaciones adecuadas sobre las sustancias, riesgos o dosificación
de los preparados. A esto último hay que agregarle una práctica publicitaria irresponsable que
impiden una utilización adecuada de los medicamentos.
Particularmente grave y con consecuencias
nefastas es la publicidad con antibióticos.
Se
recetan más antibióticos que los necesarios, que no
es solamente desde el punto de vista económico
una catástrofe, sino que también desde el punto de
vista del amenazante desarrollo de resistencias.
Según la OMS se trata a más del 70 % de los
pacientes en Indonesia, Pakistán e India con
antibióticos, aunque en la mayoría de los casos no
sería necesario.
En el último tiempo la firma BAYER está
haciemdo publicidad en Africa para el
medicamento Avelox con un slogan
extremadamente dudoso: “no desperdicie tiempo
si tiene que tratar infecciones de las vías
respiratorias. Avelox destruye el agente patógeno
de las infecciones de las vías respiratorias sin
pérdida de tiempo. Avelox produce un efecto
rápido cuando cuenta cada día”.
La sustancia Moxifloxacin se debe recetar como
antibiótico de reserva, pero no para infecciones de
las vías respiratorias. Para este caso es conveniente
recetar un antibiótico standard.
Con estas estrategias publicitarias irresponsables la
firma BAYER no solamente eleva los costos del
tratamiento, sino que también en forma masiva se
receten medicamentos sin ser necesarios y que pierdan el valor como medicamentos de reserva,
como es el caso de fluoroquinolinas (como Moxifloxacin), ya que de esta manera se forman
resistencias contra el antibiótico.
Particularmente escandaloso, desde hace años es la publicidad para el usuario de preparados
que contienen metamizol, sobre todo en los países latinoamericanos.
La firma Boehringer
Ingelheim comercializa por ejemplo en Brasil el medicamento Anador tanto para adultos como
para niños.
Metamizol está prohibido en muchos países
industrializados. En Alemania es un
medicamento dispensado con receta obligatoria
y está solamente permitido en casos de dolores
y fiebre. En otros casos no se puede recetar.
En la comercialización global de medicamentos
no es raro encontrar a menudo un doble
standard: Buscopan compositum de la firma
Boehringer Ingelheim, por ejemplo, en Brasil,
México, Pakistán, Sudáfrica y Centroamérica
utilizan a la sustancia Metamizol. Pero en
Alemania están prohibidas desde 1986
combinaciones con Metazimol.
Por esta razón
se ha sustituído en Alemania esta sustancia tan
peligrosa, por ejemplo en el medicamento
Buscopan compositum, por Paracetamol. En
Brasil es la variante con esta sustancia tan
peligrosa, el quinto medicamento más vendido........
Mucho tiempo atrás, cuando alguien quería obtener
información masiva sobre otra persona revisaba
inspeccionaba los desperdicios que había arrojado a la
basura. Éste era sin duda uno de los métodos que más
información permitía recoger sobre las personas. Con esta
técnica podíamos saber si nuestro espiado se alimentaba de
comida basura, si compraba primeras marcas, si la noche
anterior había comido huevos o si había estado haciendo
limpieza de papeles en su estudio.
La aparición de la tarjeta de crédito hace algo más
de cuarenta años se anunció como una auténtica revolución.
De repente podíamos viajar o ir de compras llevando en el
monedero la cantidad justa de dinero, y todo nos parecía algo más seguro. Y es así: estoy seguro que todos las usamos
y procuramos llevar poco dinero encima, pero abusar de
ellas tampoco es la mejor opción. La construcción de perfiles
comerciales en función de lo que consumimos y lo que
hacemos es la responsable de la revolución de las técnicas de
venta de los últimos años y el empleo de sistemas de pago
trazables permite que la información de compras asociada a
nuestra persona aumente progresivamente.
No podemos obviar que los gastos que se pagan con
una tarjeta de crédito son perfectamente trazables. Esto
significa que se puede ir desde el lector de tarjetas de
crédito del establecimiento de turno directamente hasta la
puerta de la casa de uno, y conocer por el camino todos los
detalles de la transacción (quién, qué, cómo, cuándo, cuánto,
dónde). El mismo nivel de trazabilidad nos encontramos si
decidimos utilizar tarjeta de fidelidad de un establecimiento
cualquiera.
Actualmente sólo hay una forma de pago que nos
permite evitar completamente el circuito de la trazabilidad
de nuestros gastos: el pago en efectivo. Sólo con el gesto de
abrir la billetera y buscar en ella un billete de veinte euros
nos aseguramos de que nadie pueda mirar en una base de datos y saber qué marca de preservativos, gel o aceite de
oliva compramos. Sólo si pagamos en efectivo nadie podrá
saber qué libro hemos comprado, sea cual sea este libro.
Sin embargo, todos suspiran por saber qué
compramos: el supermercado y sus legiones de publicistas
para saber más sobre nosotros y así dirigir mejor su
publicidad hacia nuestra persona, vendiendo más y mejor; el
Estado para mantener su seguridad, que no tiene por qué
coincidir con la seguridad de sus ciudadanos.
En la
democracia actual no es especialmente preocupante, pero en
un entorno político más peligroso quizá alguien podría
mostrar un inquietante interés por saber si usted lee a
Bertolt Brecht, Noam Chomsky, Haro Tecglen, Karl Marx,
Primo de Rivera o Pío Moa. Todos ellos son amados y
odiados por una parte de nuestros políticos, y el que ahora
vivamos en un régimen que respeta nuestros derechos y las
libertades de expresión y de información no significa que
siempre vaya a ser así.
El mundo sin dinero efectivo sirve tanto para
controlar la información como para controlar a las personas.
El sistema legal actual persigue establecer un sistema de
suscripción a la información, que será enviada vía streaming, la denominada jukebox36 global, y nunca podrá ser
almacenada localmente, algo que se quiere conseguir
empleando restricciones digitales o DRM.
En un mundo sin
efectivo, que obligará a pagar de forma trazable cada vez
que queramos acceder a información, mantener un registro
de quién accede a qué es extremadamente sencillo y se
pueden producir abusos con facilidad. Como nunca se sabe
en qué mundo vamos a vivir mañana, vale la pena luchar
para que el dinero en efectivo siga teniendo su utilidad y su
cuota de protagonismo, evitando que sea totalmente
reemplazado por los pagos a través de Internet y las tarjetas
de crédito.
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