Los siguientes artículos giran alrededor del problema del dogma, el fundamentalismo y la tendencia de la mente a cristalizarse y cerrar el paso a las corrientes de la vida interna que mantienen a una fe o religión vivas. Esta cristalización de las enseñanzas se instaura cuando la teoría no se lleva a la práctica, cuando "el vivir de forma espiritual deja de ser una constante diaria." La solución radica en un verdadero sentimiento de humildad, ya que todas las ideas correctas son temporales por naturaleza y con el tiempo se deben ver como verdades parciales que deben dar paso a una verdad mayor.
Un hecho que en un momento dado se consideraba como el mejor y el más completo, con el tiempo pasa a ser reconocido como parte de otro hecho mayor. Podemos adquirir una comprensión tan clara de algunos principios menores, y estar tan convencidos de su corrección que el todo mayor es olvidado, construyéndose una forma mental a partir de una verdad parcial. Con el tiempo se demuestra que esto es una limitación, construyendo una prisión que nos aleja de un mayor progreso.
La gente puede llegar a estar tan segura de que se encuentra en posesión de la verdad que le es imposible reconocer la verdad en las ideas y creencias de sus semejantes. Olvidan que la mente tiene unas limitaciones y el hecho de que la verdad nos llega a través del alma y que es la mente personal separativa quien le da la forma. Aquellas personas que se han convertido en fanáticos, perdiendo su estabilidad mental, pueden imponer la forma mental de una "pequeña" verdad a otras personas. Se han realizado tres simples sugerencias para protegernos del peligro del fanatismo y el pensamiento dogmático. En primer lugar, la práctica constante de la Inofensividad.
Esto implica la inofensividad en la palabra, pensamiento y, consecuentemente, en la acción. Nos referimos a una inofensividad positiva, que conlleva una actividad y atención constantes. En segundo lugar, mediante una vigilancia y supervisión diarias de las puertas del pensamiento y de la actividad mental podemos mantener alejadas ciertas líneas de pensamiento e iniciar patrones de pensamiento mediante la consolidación del pensamiento creador y constructivo.
Las ideas preconcebidas se pueden relegar a un segundo término para que se puedan percibir nuevos horizontes y nos puedan llegar nuevas ideas. Diariamente se necesita una atención constante para que estos hábitos puedan arraigar y dar lugar a un nuevo ritmo. De esta manera, la mente está tan enfocada en las nuevas ideas espirituales que los viejos patrones de pensamiento se olvidan y desaparecen gradualmente.
En tercer lugar, podemos negarnos a vivir inmersos en nuestro propio mundo de ideas y entrar en el mundo de las ideas y en la gran corriente formada por las distintas tendencias del pensamiento humano. El mundo de las ideas es asimismo el del alma, el de la mente superior. La corriente de pensamientos y opiniones humanas corresponde al de la conciencia general y al de la mente inferior. Debemos aprender a funcionar con libertad en ambos mundos; a través de la meditación constante podemos acceder al primero, y mediante la extensa lectura y un interés matizado por la comprensión y el entendimiento nos acercaremos al segundo.
Los Problemas de La Humanidad by David Huerta