Du’a Jalil Aswad
“Mi hija no hizo nada malo”, dijo. “Se enamoró de un musulmán y en eso no hay nada malo. No pude protegerla por todas las amenazas que me llegaron, hasta de mi propio hermano, de la tribu entera. Insistieron en que nos iban a matar a todos, no sólo a Du’a, si no la ajusticiaban. La mutilaron y se deshicieron de su cuerpo como si fuera basura”.
“Quiero que los que cometieron aquel acto sean castigados, pero hasta el momento no ha sido así y siguen en libertad. La muerte por honor es un asesinato. Es un acto de barbarie”.
Aceptados por la sociedad de un gran número de países orientales, los "crímenes de honor" son un problema al cual el gobierno solamente puede responder con cárcel para los victimarios. En Jordania, donde se producen un promedio de 28 asesinatos de este tipo al año, las leyes sobre "crímenes de honor" establecen que; "el que descubre a su esposa o a una de sus familiares cometiendo adulterio y la mata o hiere, queda exento de toda pena".
Bajo la acusación de haber "deshonrado a su familia" miles de mujeres son asesinadas cada año. En el año 2002 murieron más de 1.500 mujeres por culpa de estos crímenes. Se llama "crimen de honor" al asesinato de una mujer por mano de su padre, hermano o esposo, por Haber tenido prácticas sexuales antes del matrimonio o fuera de él, o porque se sospeche que lo ha hecho. La práctica está concentrada en países como Arabia Saudita, Turquía, Egipto, India, Bangladesh, Pakistán y Jordania.
En Jordania, expedientes policiales indican que, en promedio, mueren 28 mujeres al año a causa de los "crímenes de honor". En Pakistán en 1999 se estima que cerca de mil mujeres murieron por esta causa. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Brasil el 3% de los crímenes que se cometen contra mujeres, están relacionados con "crímenes de honor", algo que también sucede en Ecuador.
En estas sociedades, la conducta de la mujer se percibe como una medida del honor de su familia o tribu. Esto separa a las mujeres de su naturaleza humana, de tal manera que no son consideradas seres humanos capaces de cometer errores. La conducta de la mujer siempre está bajo vigilancia y sospecha por parte de su familia y si se estima inaceptable, puede resultar en la pérdida de su vida.
En los últimos 10 años los expedientes policiales han mostrado que se asesina a 28 mujeres al año en Jordania, bajo la forma conocida como "crímenes de honor". Los "crímenes de honor" tienen como víctimas, en un 70%, a mujeres de entre 15 y 27 años. Este tipo de crímenes es uno de los más frecuentes de los que se cometen contra mujeres; sin embargo, algunos destacados abogados jordanos sostienen que el número de víctimas es sensiblemente mayor.
Se mata normalmente a las mujeres porque sus familias sospechan que han incurrido en conductas inmorales y al haber deshonrado a sus familias deben morir. Desde el punto de vista social, los asesinos que normalmente son padres, hermanos o esposos de las víctimas reciben trato de héroes y son alabados porque han limpiado el honor de la familia, mientras que las víctimas son enterradas en silencio.
Estos crímenes son cometidos sólo contra mujeres. Los asesinos no son juzgados de manera imparcial y en la mayoría de los casos tienen una condena reducida. Por otro lado, las familias se aprovechan de la ley, asignando la responsabilidad del asesinato a un miembro de la familia menor de 18 años, quien, pasará algún tiempo en un centro juvenil y será liberado libre de antecedentes.
La sociedad abusa de la religión islámica y sostiene que esos asesinatos son parte de las creencias religiosas, cuando en realidad la religión no fomenta actos de esa naturaleza. Además, con frecuencia la sociedad, que percibe a las mujeres como amas de casa cuyo trabajo es criar a los niños, cocinar y limpiar la casa, las culpa por cualquier error.
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